Farmazian doktorea. Biofarmazia, Farmakozinetika eta Farmazia-teknologiako irakasle kolaboratzailea
Farmazia Fakultatea UPV-EHU, Vitoria-Gasteiz
El preparado rico en plaquetas, en la clínica, comenzó a utilizarse en la cirugía oral en los años 90. Los dentistas querían demostrar que el medicamento procedente de las plaquetas tenía la capacidad de promover la formación de huesos, sobre todo para favorecer los implantes orales. Así, en 1998 Robert E. Marx y Eduardo Anitua iniciaron varios estudios en cirugía maxilofacial y bucal respectivamente.
Ambos emplearon preparados de diferentes composiciones. Marx, además de la trombina de vaca, añadió al plasma leucocitos concentrados. Por su parte, Anitua decidió no utilizar estos dos componentes para evitar alteraciones inmunogénicas que la trombina bovina y los glóbulos blancos podían causar en los pacientes. En su lugar, utilizó cloruro cálcico para realizar la coagulación del plasma en 5 o 6 minutos y eliminó los glóbulos rojos y blancos mediante un protocolo de centrifugación específico. Por lo tanto, es fundamental recalcar que no todos los preparados que se prueban en las investigaciones son iguales, lo que a veces explica por qué los resultados son diferentes.
Una vez conseguida la preparación del PRGF, el siguiente objetivo del Anitua fue estudiar la agregación y función de las plaquetas. De hecho, el componente principal del PRGF son las plaquetas. Gracias a los estudios realizados en Francia, estudió y cuantificó las moléculas funcionales que se eliminaban de los gránulos de las plaquetas, sobre todo las que tenían importancia para la regeneración de tejidos. A pesar de no conocer toda la capacidad del preparado, rico en plaquetas, Anitua creó en 1999 la empresa Biotechnology Institute. La idea era extender las posibilidades terapéuticas del PRGF a todo el mundo. A partir de entonces, gracias a Mikel Sánchez, especialista en traumatología y ortopedia, se ampliaron los usos terapéuticos del preparado, desarrollando la posibilidad de utilizarlo para reparar músculos, cartílagos y úlceras.
La trayectoria terapéutica del PRGF se inició en el laboratorio y con animales. Tras demostrar su capacidad para promover el crecimiento de diversas células, se probó en lesiones como fisuras musculares, fracturas de huesos y tendones, etc. A continuación se analizó el potencial del preparado en humanos. Dado que el preparado es derivado de la sangre del propio receptor y por tanto puede considerarse un medicamento autólogo, se puede asegurar que es totalmente seguro.
Como ya se ha indicado, la primera aplicación terapéutica del PRGF fue en boca. Una vez retirado el diente se probó junto al punto de extracción. Debido a que los nuevos implantes necesitan un nivel óseo mínimo para mantenerse estables, en algunos pacientes se administró PRGF y en otros no, para demostrar el efecto del preparado. Los resultados fueron espectaculares. De hecho, el tiempo de creación del hueso es de 6 meses y, tras el uso del PRGF, este tiempo se redujo a 8 o 10 semanas. Junto a estos resultados, los científicos observaron que la sensación de dolor de los pacientes se reducía considerablemente, ya que el preparado contiene varias moléculas que alivian las inflamaciones.
Gracias a la colaboración de Mikel Sánchez, el preparado también pudo ser utilizado para tratar otras alteraciones. Inicialmente el PRGF se aplicó en una úlcera con muy mal pronóstico. Una mujer corría el riesgo de perder el pie y tras dar un preparado semanal, sufrió una recuperación digna de mención. En la actualidad, la mujer no tiene ningún rastro y ha recuperado toda la funcionalidad del pie.
El PRGF también se ha probado con frecuencia en fracturas óseas y ha dado resultados muy positivos, pero últimamente la medicina deportiva está revolucionando el preparado. Con el PRFG se han tratado las alteraciones que sufren los deportistas que practican fútbol, baloncesto y otros deportes, tales como fisuras musculares, rotura de tendones y ligamentos, etc.
Durante los últimos años el BTI ha aplicado el preparado a lesiones sufridas por destacados deportistas de la Comunidad Autónoma del País Vasco, como la rotura ósea del ciclista Joseba Beloki, la rotura tendinosa del jugador de baloncesto Elmer Bennet o la rotura muscular del pelotari Olaizola. Resultados satisfactorios.
El uso de PRGF en el tratamiento de fisuras musculares es una aplicación terapéutica desarrollada por Mikel Sánchez. Como consecuencia de las grietas se produce un retraso muscular y aparecen varios muinones musculares.
Los muñecos macroscópicamente representativos se hacen más visibles cuando el grado de fisuración muscular es mayor. De hecho, cuando los músculos se retraen se crea una cavidad que se llena de sangre y cuando el tamaño de esta cavidad es mayor se tarda más tiempo en restaurar la alteración. En este caso, la filosofía del tratamiento es sustituir el trombo sanguíneo por PRGF. Es decir, el médico absorbe la sangre acumulada mediante una punción, donde inyecta un preparado rico en plaquetas para estimular la regeneración muscular y la formación de vasos sanguíneos en todo el medio.
La funcionalidad de un preparado rico en plaquetas está demostrada en diversas alteraciones patológicas y se están realizando nuevos estudios para probar otras lesiones. La medicina deportiva también se ha convertido en una herramienta eficaz al reducir drásticamente los tiempos de recuperación de muchos deportistas lesionados. Además, sus nuevas aplicaciones en cosméticos quirúrgicos han extendido el uso del preparado a otras áreas.
De cara a los próximos años, sin embargo, los investigadores tendrán que responder a una serie de preguntas aún por resolver. Por ejemplo, ¿qué funciones concretas tienen las plaquetas? ¿O qué moléculas funcionales intervienen en la regeneración y cicatrización de tejidos?