No está seguro de que haya petróleo en un lugar hasta que se perfore la superficie terrestre y se analice lo local. Todo ello fue bien aprendido, especialmente por las instituciones españolas, alemanas y francesas que se acercaron a la provincia alavesa en busca de petróleo. De hecho, en los años 70 estaban convencidos de que en Álava la probabilidad de encontrar petróleo era enorme.
"¿Por qué sobre todo en Álava?" probablemente más de uno pregunte. Una de las características más destacadas del petróleo es su capacidad de movilidad y migración. Esta capacidad permite que en ocasiones el petróleo llegue hasta la superficie terrestre. En estos casos aparecen restos fósiles como betunes o asfaltos que impregnan las rocas. En algunos pueblos de Álava, como Maeztu, Atauri o Peñacerrada-Urizaharra, existen restos fósiles de este tipo.
Por otra parte, la acumulación de hidrocarburos requiere ciertas trampas o estructuras geológicas como anticlinales o diapiros. Y también vieron que la geografía subterránea de Álava tenía importantes anticlinales y diapiro. Por lo tanto, en Álava las condiciones para encontrar petróleo eran óptimas. Por ello, XX. Durante todo el siglo XX se buscó petróleo en el territorio alavés. El primer yacimiento fue construido en 1911 y el último en 1997.
Tras solicitar cientos de permisos de investigación y perforar miles de metros, a pesar de que las condiciones para encontrar petróleo eran las adecuadas, los resultados muestran que el petróleo no quedó atrapado en Álava. Hoy en día saben que los depósitos rocosos de petróleo no eran adecuados en la mayoría de los casos, salvo en la zona de Maeztu. Y en Maeztu, a pesar de ser un buen almacén de roca, la organización de la estructura falló. Estaba abierto y el petróleo migró.
Fuera de Álava sabemos que también se realizaron sondeos en Elorrio, Zumaia y Gastiain, entre otros. No se han encontrado grandes datos o noticias de estos sondeos, pero tampoco se encontraron petróleo.
Probablemente, si se hubiera encontrado petróleo, no sería lo mismo. Nunca sabremos qué pasaría si en uno de los 55-60 sondeos realizados en Álava, en los que se excavaron más de 140.000 metros cuadrados, se descubriera petróleo. "Sin embargo, el territorio alavés ha quedado como un queso Gruyere. Además, algunos de estos orificios tienen una profundidad superior a los 5.000 metros. Es increíble, porque hablamos de cosas de hace 50 años. En aquella época, la construcción de un yacimiento de petróleo era un trabajo de dos o tres años", cuenta el químico vitoriano Kepa Baquedano.
"En la actualidad, el sondeo de casi 6.000 metros sobre el territorio alavés de Castillo sigue siendo el sondeo más profundo de la península ibérica. Eso es increíble. Piénsese que el agujero más profundo del mundo es de 10 km de longitud, y el fatídico trabajo que hicieron para saber hasta dónde podía llegar", añade Baquedano.
"No todos los esfuerzos realizados en aquella época para encontrar petróleo dieron sus frutos, ya que no se encontró petróleo. Sin embargo, dejó hechos memorables. Y es que, por un lado, como ya se ha mencionado anteriormente, se rompieron todos los marcas de perforación y, por otro, se descubrió gas por primera vez en la península ibérica. Esto ocurrió en el yacimiento de Castillo. Además, este sumidero estuvo cerca de 20 años emitiendo gas y suministrando a dos empresas vitorianas gracias a un gasoducto de tres o cuatro kilómetros. Muchos gases, pero ninguna gota de petróleo", dice Baquedano.
Sin embargo, todas estas conclusiones apenas tuvieron efecto sobre la economía y la sociedad alavesas. Además, las instituciones hacían agujeros con gran discreción. "Era un mundo de secretos. Podían guardar este secreto entre 10 y 20 años, sin avisar a nadie de los hallazgos o sondeos (después tenían que publicarlo). De ese secretismo que los periodistas de aquella época sólo quejaban", cuenta Baquedano.
Este secretismo y la escasez de resultados han hecho que no se haya prestado especial atención a este tema. Sin embargo, el químico vitoriano ha realizado una ingente recogida de datos en Álava, y todo ello se refleja en el libro La búsqueda de petroleo en Álava. De hecho, la historia de la búsqueda del petróleo en la península Ibérica no puede hacerse sin analizar detenidamente el caso alavés.
En este libro se recogen, entre otros, los restos excavados y los testimonios de las generaciones que los realizaron. También ha incluido lo que decían los periódicos de la época y fotografías tomadas de archivos personales. En definitiva, se recoge una realidad que forma parte de la historia de Euskal Herria, a pesar de que hoy en día este hecho no es muy conocido.
Sin embargo, tal vez esta historia no haya acabado. De hecho, como ya se ha mencionado anteriormente, no hubo petróleo, pero se encontró gas. El descubrimiento de este gas fue noticia en los periódicos de la época. La novedad actual sería saber cuánto gas hay y si es rentable para su comercialización. El Ente Vasco de la Energía (EVE) ha anunciado la realización de una serie de prospecciones de gases en el sur de Vitoria-Gasteiz para conocer la existencia o no de suficientes gases para su comercialización. Darán un paso más en el descubrimiento de este recurso. Para ello utilizarán técnicas de uso exclusivo en EEUU. A priori parecen más prácticas que las técnicas empleadas hasta ahora. De hecho, han sido capaces de extraer suficiente gas para su comercialización en terrenos similares a los alaveses de EEUU. Como hasta ahora, hay que tener mucho cuidado, ya que todo puede mantenerse. O no. Quién lo sabe.