La sudoración es algo fisiológico, por lo tanto 'normal', ya que de esta manera nuestro cuerpo baja la temperatura y elimina los residuos, pero en algunos casos pueden aparecer alteraciones serias. En el caso de axilas o axilas, y del sudor de las manos, los efectos negativos se centrarán sobre todo en la parte social, ya que los afectados pueden sentir cierta incomodidad cuando tienen que dar la mano o aparecer en público. Sin embargo, cuando la sudoración excesiva también aparece en los pies, también pueden presentar problemas físicos, ya que llevar los pies cubiertos evitan la volatilización y la "ventilación".
Las glándulas sudoríparas se encargan de esta evaporación de la piel, que se encuentran extendidas por todo el cuerpo y por tanto en los pies. Y como estas partes del cuerpo, los pies, los llevamos cubiertos, sudan más.
La sudoración no depende de nuestra voluntad, no podemos controlar esta tarea a nuestro gusto, está gobernada por el sistema nervioso vegetativo. Y el hecho de que esta parte del sistema nervioso funcione más débil de lo debido y de que haya más glándulas sudoríparas son, para algunos expertos, la razón por la que el sudor de los pies se convierte en un problema serio. Las personas que tienen más débil su sistema vegetativo se doran (o se avergüenzan) con mayor facilidad, y se enrojecen las orejas o el pecho.
Este exceso de sudoración en los pies se debe, principalmente, a la debilidad de su sistema nervioso vegetativo: niños y adolescentes.
Pero en la mayoría de los casos, el problema no es sólo la cantidad de sudor, sino que también hay que tener en cuenta el mal olor o el mal olor que desprende esa sudoración: la piel es rica en bacterias y si tenemos los pies cubiertos, con el sudor se degradan. Y el siguiente paso es inmediato: en los pies que han sudado demasiado aparecerán problemas físicos que nos impidan caminar correctamente. Se intensificarán los roces producidos por los zapatos y las enfermedades producidas por los hongos, ya que este ambiente húmedo o húmedo es ideal para la reproducción de los hongos.
Si tu sudoración excesiva te resulta preocupante, lo mejor será ponerlo en manos de un especialista (pediatra en caso de niños, dermatólogo o podólogo para personas adultas). Pero tenga en cuenta los siguientes puntos:
Dado que es casi imposible que los jóvenes dejen sus zapatos de su gusto y utilicen otros, sería conveniente tener dos pares de zapatos y utilizar uno de ellos a turnos todos los días. Y en la época de mayor calor (verano, por ejemplo), siempre que sea posible, utilizar zapatos abiertos, sandalias, chancletas, etc. para que el pie se ventile correctamente.
Normalmente, estas recomendaciones son suficientes para que los pies dejen de sudar y, de paso, eviten los malos olores. Sin embargo, en casos excepcionales y cuando la sudoración rompe todas las medidas (incluso las gotas de sudor), las medidas higiénicas son insuficientes y nos vemos obligados a utilizar métodos más duros: sustancias más agresivas por un lado y sólo cirugía (ver cuadro).
Tratamientos más severosEn algunos casos, la cantidad y calidad del sudor de los pies es tal que las medidas higiénicas no son suficientes y habrá que abordar tratamientos más serios y duros si queremos solucionar el problema.
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