Según algunos historiadores, las primeras huellas de la pesca del bacalao datan del año 1000, época en la que los vikingos pescaban el bacalao en la costa escandinava. Durante mucho tiempo, los pescadores vascos abandonaron el golfo de Bizkaia y se sumergieron en aguas europeas siguiendo el bacalao, ya que en el Cantábrico no existía, al menos en cantidades, el bacalao vivo. A pesar de no ser pioneros en la pesca del bacalao, según algunos autores, fueron ellos quienes desarrollaron la técnica de salazón del bacalao, lo que provocó inesperadamente numerosas ventajas. Por un lado, permitió mantener el pescado sin deteriorarse durante mucho tiempo, convirtiéndose así en el alimento ideal para largos viajes. El bacalao salado fue la vía para que los lejanos mares y tierras desconocidas se convirtieran en nosotros y así los barcos vascos buscaron nuevas pesquerías en las aguas frías del Atlántico Norte.
Además, ofreció la posibilidad de extenderse tanto al mercado español como al extranjero. El cristianismo también impulsó la importancia del bacalao salado, ya que la prohibición de comer carne los viernes en el cuaresma convirtió al bacalao en el principal complemento para cumplir la dieta.
Arrastre de pareja La pesca en pareja, como su nombre indica, se realiza entre dos barcos. Cada envase tiene su propia red de arrastre con forma de calcetín. Una de ellas es la red que primero se arroja al agua. Un pesquero sujeta la red por un extremo, entre otros, arrastrándola por el fondo. A continuación se procede a la recogida de la red y se procede inmediatamente al vertido de la segunda red al agua. De esta forma se realizan varias pesquerías al día. |
No podemos olvidar la relación entre la pesca de la ballena y el bacalao. La extensión de la caza de la ballena a zonas remotas permitió alimentos que no se estropearían a largo plazo, como el bacalao salado. De esta forma, siguiendo las ballenas, se fueron alejando de tierras y parajes desconocidos, concretamente Labrador y Ternua. Las ballenas acudían en verano a estas aguas frías en busca de alimento y tras ellas los pescadores vascos. Allí se pasaba el verano en los campamentos de secano en la pesca de ballenas. Además de la abundancia de ballenas, se dieron cuenta de que el bacalao era muy abundante y comenzaron a pescar este último.
Así, los vascos se convirtieron en terratenientes. Posteriormente, la relación entre los dos pueblos ha sido estrecha y los topónimos vascos que aún existen en Terranova nos recuerdan. A modo de ejemplo, mencionar que el nombre de la capital local es Saint Johns, ya que a la llegada de los pescadores de Euskal Herria recordó la entrada del puerto de Donibane (San Juan en castellano). En este grueso listado de ejemplos podemos encontrar también los nombres de Portutxo o Port Basque y Aingura charra (antigua).
Los sonidos de abundancia del bacalao de Terranova se extendieron a toda velocidad entre los pescadores de Euskal Herria y de Europa, y la mayoría de los pescadores estaban haciendo planes para ir allí. Desde entonces, la pesca de bacalao en los alrededores de Terranova fue muy importante para nuestros pescadores. En principio, XVI y XVII. Durante siglos, la pesca la llevaban a cabo pequeñas embarcaciones a la sombra de los grandes barcos, utilizando anzuelos y palangres. Mientras el gran barco quedaba fondeado en la costa, las pequeñas lanchas se dirigían a la pesca del bacalao y tras salar en la captura seca, se apilaban en el gran pesquero. Después, XVIII. En el siglo XX, los grandes arrastreros fueron los encargados de pescar el bacalao con las redes de arrastre de fondo. XX. A partir del siglo XX, la pesca de bacalao se trasladó a la pesquería de arrastre que se realizaba entre dos barcos, la pesca de arrastre por parejas, y hoy en día se sigue practicando así.
XX. En el siglo XVIII, concretamente entre 1950 y 1985, el puerto de Pasajes conoció su época dorada y fue el principal impulsor de la pesca del bacalao. En aquellos tiempos eran muchas las parejas que no podían caber en el puerto de Pasaia y las grandes compañías de bacalao como la PYSBE controlaban el mercado del bacalao. Desgraciadamente, aquellos tiempos han quedado lejos y desde entonces la captura de bacalao y, por cierto, el número de bacaladeros ha disminuido considerablemente.
Actualmente las capturas de bacalao en Terranova son insignificantes. Los viajes de parejas de bacaladeros que antes eran normales se han convertido en algo insólito y estos días no es normal escuchar las historias de los capitanes y marineros de la antigua George Kala, Kala Handia, Saint Pierre Kalea. Normalmente se realizaban dos viajes, uno desde principios de año hasta verano y otro desde verano hasta navidad. Siempre sufrían el invierno sin sol de esas tierras: noches interminables, insoportable el frío, hielo y nieve inacabables... Sólo tenían un sueño de superar ese sufrimiento: una pesca de cientos de toneladas para repartir la alegría de la familia al volver a Pasaia.
¿Pero cuáles han sido las razones de estos cambios? ¿Por qué se ha reducido la presencia de embarcaciones vascas en Terranova? ¿Por qué ha decaído la población de bacalao? Las pesquerías, las capturas y el descenso de los barcos de pesca son algunas de las causas de origen diferente.
Por un lado tenemos razones políticas, entre ellas la decisiva se dio en 1977 con la aplicación de la Ley de la Región Pesquera de Canadá de 200 millas náuticas. Lo que hasta entonces era una pesquería de todos, se convirtió en canadiense y las calas que durante cientos de años se pescaron para los bacaladeros quedaron cerradas de un día para otro. La flota que hasta entonces operaba en Canadá, sobre todo en el Gran Cala, encontró la única solución para afrontar la nueva situación en una región mucho más reducida que la Gran Cala. El resultado evidente de la pesca en zonas más pequeñas fue la reducción de los recursos pesqueros, lo que provocó que para un número inmenso de victimarios, el viento de Terranova había arrastrado la rentabilidad que ofrecía la pesca hasta entonces. Aunque muchos barcos desaparecieron por este motivo, todavía se mantuvieron parejas que pescaban fuera de las 200 millas.
Tras la aplicación de la ley de 200 millas, y aunque parezca sorprendente, quince años después, se produjo un espectacular declive de todos los recursos de la pesca de bacalao de Terranova: De las 600.000 toneladas de pesca, las capturas pasaron a ser nulas. A diferencia de lo que ocurría en un principio, en la actualidad está unánimemente aceptado el declive por la interacción de varios factores. En las siguientes líneas destacaremos las razones presentadas por diferentes investigadores.
Para algunos, la causa principal fue la sobreexplotación. A pesar de que los canadienses han atribuido repetidamente la culpa a la flota vasca, española y portuguesa, lo mejor corresponde a todos los barcos que pescaban en ella (incluidos los canadienses). La opinión pública canadiense también culmina con el papel de sus científicos en la evaluación de la población de bacalao. Estos dos hechos hicieron posible el declive del preciado tesoro.
En aquellos tiempos, debido a la buena salud de la población de Terrano-Bacalao, se pensaba que las capturas no iban a tener efectos negativos sobre la población; además, en aquellos años no se tuvo en cuenta que se desembarcaba mucho más pescado de lo declarado por los pescadores y que los tacs enormes ( Total Allowable Catch: Se establecieron Capturas Totales Autorizadas) sin sospechar el declive de la población de bacalao. Así, cuando en los informes periciales la situación del bacalao se hizo preocupante, era demasiado tarde y ya no había retroceso.
Sin embargo, en los últimos años, y para la tranquilidad de los científicos, se están descubriendo algunas pistas sobre las causas de la caída del bacalao. Por un lado, el exceso de optimismo de los citados científicos, la estimación por encima de la población y la sobreexplotación, pero también la influencia de los factores ambientales. Esta influencia es cada vez más importante y una parada nos facilitará algunas explicaciones.
El constante enfriamiento de las aguas de la zona de Ternua hace que en la actualidad el agua de la zona sea más fría que cuando era una pesquería próspera. Este enfriamiento del agua ha provocado el descenso de las especies como el bacalao (favorecidas por temperaturas más templadas) y el auge de otras especies artico-boreales. Pero, ¿por qué ha ocurrido eso? Por un lado, el bacalao no se alimenta en época de desove y se abastece de las reservas recogidas el año anterior, de manera que al finalizar la época de puesta se encuentra en una situación muy débil, crítica. Poco después de la época de puesta, empieza a comer sin parar para recuperar las reservas perdidas. Diversas investigaciones han llegado a la conclusión de que en este período crítico la temperatura fría de las aguas puede provocar una alta mortalidad.
Además de acortar la época de puesta de bacalao debido a las bajas temperaturas, los peces desovan menos y, por tanto, la posibilidad de que las siguientes generaciones tengan éxito. Asimismo, una respuesta dada por la población de bacalao a la sobreexplotación ha sido llegar a la madurez a una edad más temprana. Así, aunque se consideró que este efecto podía ser útil para la recuperación de la población, se ha demostrado que la supervivencia de las generaciones producidas por los ejemplares jóvenes es menor, ya que la cantidad de huevos arrojados por primera vez al agua y su calidad es mucho menor.
Otras investigaciones han demostrado que el consumo de bacalao por las focas es espectacular, de las que mueren alrededor de 250 mil toneladas de bacalao al año. En los últimos años, además de comer bacalaos enteros, en ocasiones las focas atacan grandes bacalaos comiendo sólo su hígado, lo que provoca la muerte de una mayor cantidad de bacalao.
Ante este espectacular descenso de la población de bacalao, la Asociación de Pesca del Atlántico Noroeste (NAFO: Northwest Atlantic Fisheries Organization) en 1992 prohibió la pesca del bacalao y desde entonces la prohibición continúa. Todavía no se ha notado la recuperación de las poblaciones locales y en un futuro próximo los tiempos para ver el bacalao de Terranova en nuestros platos están lejos.
Y en NoruegaEntonces, ¿de dónde viene el bacalao que tanto nos gusta ahora? ¿Dónde se pesca ese preciado pescado que vemos y compramos en la plaza? Los barcos que históricamente se dedicaban a la pesca del bacalao de Terranova, de vez en cuando, sobre todo cuando eran escasas pesquerías, partían hacia el Atlántico este en busca de pesquerías más prósperas. Así, los bacaladeros vascos obtuvieron derechos históricos en la pesquería del bacalao Svalbard, al norte de Noruega.
A pesar de que Svalbard se encuentra fuera de las 200 millas de Noruega, su control se centra en Noruega y Rusia. A diferencia de Terranova, la población de bacalao de Svalbard goza de buena salud y las capturas de los últimos años equivalen al máximo histórico (entre 95-98 se capturaron unas 800.000 toneladas). Una pequeña parte de la pesca que se realiza en ella la realizan los barcos vascos y cada verano parten hacia Svalbard para capturar la cantidad de peces que les corresponde. Normalmente las salidas al mar se prolongan hasta la pesca del cupo correspondiente y, aunque varía de año en año, vuelven en tres o cuatro meses.
Sin embargo, la cuota de los barcos vascos es insignificante respecto a la de Terranova, y aunque se han reducido las capturas vascas de bacalao, nuestras ganas de comer bacalao no han disminuido. Así que, ¿cómo satisfacemos nuestros deseos de bacalao? La mayor parte del bacalao que traemos en el mercado es importado del extranjero, es decir, capturado por barcos de otros países.
El futuro de la pesca de bacalao vascaEl viaje del bacalao ya nos ha llevado de un lado a otro del Atlántico, pero ¿qué futuro tienen los que han sido las pesquerías de bacalao de los vascos a lo largo de los años? A pesar de que la mayoría de las pesquerías y pesquerías del mundo tienen una nube negra, nos gustaría ser optimistas.
Si miramos hacia Ternua la situación es dura, pero no debemos perder la esperanza porque a largo plazo las cosas pueden cambiar. En los últimos años se han producido algunos cambios en el medio ambiente que aumentan la esperanza. Parece que la temperatura del agua está aumentando, lo que sin duda contribuirá a la recuperación de la población de bacalao.
En la zona de Svalbard ya se ha encendido la luz roja. Los científicos han denunciado que las capturas de los últimos años son insostenibles y creen que la población de bacalao local puede soportar entre 350-400 mil toneladas. Esperamos que en este caso “la creencia no sea la mitad corrupta”.
A pesar de que el viaje narrado ha sido o no de vuestro agrado, no se puede terminar sin la mención que hizo Mark Kurlansky de un cuento vasco en su libro Cod (bacalao): “… que el bacalao fuera capaz de hablar no era del todo sorprendente, pero sí que era consciente de que hablaba en un idioma desconocido. Hablaba euskera”. Para que tengamos la esperanza de que disfrutemos mucho de uno y otro. Hacer bien.
Bacalao
(Gadus morhua)
El bacalao (Gadus morhua) es muy común a ambos lados del Atlántico Norte, desde el sur de Canadá hasta Groenlandia por encima de San Lorenzo y Terranova, y hacia el este hasta Islandia, el mar del Norte, Noruega y la isla de Svalbard. El bacalao es un pez que habita a una profundidad de 0-400 metros y que le gusta el agua fría (2-5ºC). El bacalao es miembro de la familia numerosa dadidae, al igual que: el bacalao de Groenlandia (Gadus ogac) y el bacalao del Pacífico (Gadus macrocephalus).
El bacalao es un pescado de corteza marrón verde suave que vive como máximo 20 años. Tiene la cara llena de boca, ojos grandes y barba en el mentón. Puede alcanzar 160 cm de longitud y 40 kg de peso. Cada año aumenta unos 10 centímetros y entre las hembras y los machos no se aprecian diferencias significativas en el crecimiento. La mayoría de los ejemplares alcanzan la madurez entre 6 y 8 años. La época reproductiva, aunque desigual a ambos lados del Atlántico Norte, se da en la primavera-invierno y en la época estival, debido al esfuerzo realizado durante la puesta, se dedica a alimentarse para recuperarse.
El bacalao es una de las especies de peces más reproductoras que se conocen en el mar y que cada hembra puede desovar entre 1.000 y 18.000.000 de huevos cada año. Tenemos bastantes millas de comer, es una especie selectiva y por tanto no come de todo. Tanto en Terranova como en Svalbad tiene su preciado alimento el capelín (Mallotus villosus), como segundo plato con el anfipolo y otros pescados suficientes. Sin embargo, en los años de escasez de capelinas no suele tener ningún problema para comer personas de menor tamaño. En estos años se observa una elevada tasa de canibalismo.