En la actualidad existen 30.350 espacios protegidos en el mundo, con un total de 13.232.275 km 2. En otras palabras, el 8,83% de la superficie terrestre, es decir, aproximadamente el equivalente a China e India, según los datos obtenidos por la FNN y, en algunos casos, teniendo en cuenta que dentro de estas zonas protegidas también se han contabilizado las partes del mar. Además, existen otros 30.000 espacios que no cumplen totalmente el estatus de espacios protegidos.
Los espacios protegidos se designan y gestionan con diversas razones y finalidades para la protección de la vida silvestre, la conservación del ecosistema y de las especies, la investigación científica, el turismo, la educación, la explotación sostenible de los ecosistemas naturales, la preservación de sus características culturales, etc. De hecho, el espacio protegido no es necesariamente un espacio natural aislado del ser humano. En países no industrializados, por ejemplo, la mayoría de los parques naturales se designaron para atraer al turismo internacional.
Por sus propios criterios, desde el principio han existido problemas para la designación y clasificación de los espacios protegidos. Prueba de ello son los 1.388 términos que hay para describirlos, pero aquí no empezamos a enumerar todos. El ejemplo clásico es el del parque nacional. En América, África, Asia Meridional y Oriental, Australia y Nueva Zelanda, los parques nacionales son grandes y naturales, mientras que muchos europeos han evolucionado en la interacción del hombre y la naturaleza. Todas las de Inglaterra y Gales, la mayoría de Alemania y los parques nacionales de Cevennes y Danubio-Drava de Francia y Hungría son de este tipo.
En 1948, promovida por las Naciones Unidas, se creó la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN), que desde entonces se encarga de definir las principales normas y directrices en materia de espacios protegidos. La ONU está compuesta por 78 estados, 112 organizaciones gubernamentales y 735 organizaciones no gubernamentales y cuenta con 10.000 científicos de 181 países. La ONU establece modelos y los adapta a sus peculiaridades.
Dentro de los objetivos, la ONU distingue seis categorías: reservas científicas y reservas naturales integrales, parques nacionales, monumentos naturales, reservas naturales corregidas, paisajes protegidos y reservas de recursos. En cualquier caso, estas categorías no deben clasificarse jerárquicamente. En definitiva, todas las categorías son importantes para la protección y conservación de la biodiversidad.
En los últimos años, en la mayoría de los países se han adoptado políticas de protección que persiguen mantener y proteger varios espacios naturales próximos a su estado original. Sin embargo, no se trata de un trabajo en cualquier caso, aunque protegido, ya que la lista de amenazas es interminable: contaminación y cambio climático, turismo indiferente, mayor necesidad de suelo para infraestructuras y agricultura, aumento de población, desarrollo salvaje, guerras, abandono... Porque nuestra sociedad moderna se ha desarrollado a costa de la naturaleza y ahora no es fácil darle la vuelta.
Para empezar, el mundo está lleno de gente. En 12 años hemos pasado de 5.000 millones a 6.000 millones. La Tierra no ha aumentado, pero la presión sobre la naturaleza y las teorías de conservación son difíciles de cumplir. Según ellos, los espacios protegidos deben ser lo más amplios posibles, ya que en función de su tamaño es más fácil mantener las características de la región, destacar la presencia de comunidades ecológicas y evitar la extinción de las especies. En teoría, cuanto mayores sean, mejor pueden aliviar la presión exterior. Sin embargo, el 59% de las áreas protegidas en el mundo no alcanzan las 1.000 hectáreas y sólo representan el 0,2% de la superficie protegida. Por el contrario, el 6% de los espacios protegidos corresponde al 87% de la superficie protegida, es decir, 11,56 millones de km 2.
Debido al pequeño tamaño de la mayoría del resto, se han creado redes de espacios protegidos para aunar esfuerzos y preparar corredores naturales entre zonas. Los corredores pretenden garantizar el contacto físico entre hábitats y limitar la fragmentación de ecosistemas para facilitar la migración de plantas y animales. Además, según algunos estudios, una quinta parte de las mayores reservas naturales del mundo pueden tener un paisaje totalmente diferente dentro de 30 años por culpa del cambio climático.
Esta transformación del lugar de residencia puede poner en peligro la supervivencia de las especies y los corredores pueden ser una solución. En Europa se pretende crear "redes de reservas" para los animales que se mueven de un hábitat a otro y se sugiere utilizar como pasillos los terrenos de las líneas eléctricas que atraviesan todo el país de Israel. Pocas de estas ideas han pasado de papel a realidad. Y es que las personas que tienen que cuidar los espacios protegidos tienen problemas de mayor inmediatez y el cambio climático es un reto que aparece muy lejos en el horizonte.
En Estados Unidos, por ejemplo, tienen graves problemas con el turismo. La cultura de los parques nacionales se ha arraigado en la sociedad local y cada vez más gente se acerca para disfrutar del paisaje y del ocio que ofrecen. Cada año reciben 270 millones de visitantes y aunque dejan dinero, destruyen los recursos naturales. Para evitarlo, es necesario delimitar y regular las actividades humanas, ya que en definitiva los parques no han sido específicamente destinados al turismo. ¿O sí?
A través de los espacios protegidos se muestra a la sociedad que se ha alejado de la naturaleza sus valores, pero es evidente que la conservación de la naturaleza y el turismo son difíciles de conjugar. Recientemente se ha conocido que el hábitat de Panda se está destruyendo más lentamente que en la Reserva Natural de China creada específicamente para proteger el hábitat de la panda en zonas no protegidas, y que la velocidad de destrucción ha aumentado desde la declaración de la reserva. Panda y el hombre aman el mismo hábitat y, según los investigadores, ahí está la clave de la destrucción. De hecho, en 25 años la población humana de la reserva ha crecido un 70%, ya que al tratarse de minorías étnicas pueden tener más de un hijo y desde que se declaró parque la situación económica ha mejorado, la reserva ha traído consigo el turismo y el turismo el dinero.
Las fronteras y los conflictos son también una gran amenaza. Aproximadamente el 10% de la superficie protegida se encuentra entre Estados y exige cooperación transfronteriza. La NKNB les otorga una especial relevancia, ya que además de servir de cauce para preservar los ecosistemas políticamente distribuidos, impulsan la cooperación internacional a nivel político y científico. En este sentido, la ONU cuenta con un proyecto denominado “parques de paz”. Por un lado, porque en los países en los que la pobreza y la conflictividad son graves es difícil hacer políticas sobre espacios protegidos y, por otro, porque consideran que los espacios protegidos transfronterizos pueden ser un instrumento para superar la penosa situación política, económica y social de muchas regiones.
En los montes Virunga, en la frontera entre Ruanda, Uganda y Congo, confluyen fronteras y conflictos. Cada Estado gestiona como parque nacional la parte que le corresponde, pero los gorilas que habitan en su interior no conocen fronteras físicas entre países. Al ser un lugar muy turístico, fue una excelente fuente de ingresos hasta el comienzo de la guerra civil en Ruanda. Desde entonces, los refugiados que huyeron hacia las montañas de Virunga han destruido 150 km 2 del bosque y han curtido animales sin distinción. Las infraestructuras del parque fueron destruidas y permanecieron casi sin vigilancia durante 7 años. Además, la actividad militar fue intensa en el parque. La situación no ha mejorado mucho en Ruanda y los montes Virunga siguen soportando una fuerte presión demográfica, ya que no es fácil decir a la gente que falta lo más básico que tiene que mantener el parque en su estado.
En esta situación es imprescindible compaginar el espacio protegido con el desarrollo sostenible. De la misma manera que el desarrollo de la sociedad en el seno de la naturaleza es ilícito, porque la conservación de la naturaleza no puede separarse del desarrollo humano.
* Reservas naturales corregidas (19%): Son las comunidades bióticas de importancia nacional y las zonas designadas para la protección de especies y el mantenimiento de las condiciones naturales necesarias y, en caso de ser necesario para alcanzar los objetivos, la participación humana directa es legítima. Las únicas actividades de estos espacios serán la investigación científica, la educación y el cuidado permanente.
(Conservación de la UEU, la naturaleza, ¿a dónde vamos? adaptado del libro)