Estas historias y creencias románticas concluyeron cuando los seres humanos comenzamos a explorar el espacio mediante sondas y satélites. Mariner 9 dejó claro en 1971 que no había agua en los canales del planeta rojo y que las princesas exóticas a rescatar eran inventores de escritores soberanos. Sin embargo, muchos científicos permanecieron en la esperanza de que en Marte viviera la vida, pero hace veinte años, concretamente el 20 de julio de 1976, cuando Viking1 se marchó en la llanura Zirse, se afirmó que la vida, la menor huella, era un sueño.
Estos datos nos han llevado a creer en la humildad de Marte durante años. Pero, claro desde el rincón, en un meteorito de origen marciano se han encontrado restos de bacterias primitivas en la Antártida. Esta noticia agitó a los científicos en agosto y volvió a dar fuego al debate sobre la vida de Martitz. Seguro que no hay verde mártir, pero algunas bacterias sencillas serían suficientes para que las personas que reivindicamos la universalidad de la vida tengan asas fuertes.
Mes y medio después, el 3 de septiembre de 1976, se posó en Martitz la sonda gemela Viking 2. Con él terminaron los esfuerzos de los humanos por conocer mejor a Martitz, ya que las misiones posteriores, las sondas gemelas Fobos de los soviéticos de 1979, han fallado por urgencia.
Sin embargo, parece que no hay ninguna enfermedad que dure mil años y que este año la exploración de Martitz volverá a ponerse a tope. Tres misiones, tres, que girarán por el espacio para visitar nuestro barrio rojo: Martitz 96 de los rusos y el Explorador de Másteres de los estadounidenses (Mars Pathfinder) y el Medidor Global de Tierras de Marte (Mars Global Surveyor).
Esta misión es una gran noticia en el programa espacial ruso. Y es que, tras el fracaso de las misiones de Fobos (hace ocho años), esta será la primera misión que lanzan la profundidad del espacio.
Las últimas noticias indican que el próximo 16 de noviembre partirá del centro espacial Martitz 96 Baiconur. Así lo ha manifestado al menos Alexander Moisheiev, jefe de la misión.
Ese día los cohetes del lanzador Proton sacarán la tierra de Baiconur. Dejando atrás la estela de fuego, espaciará más de 5.000 kilos de la sonda. Diez meses después, concretamente el 12 de septiembre de 1997, llegará a Marte. Sin embargo, no se comenzará a trabajar inmediatamente, ya que la sonda que el planeta está orbitando tardará unas semanas en trabajar por semana. Sin embargo, la misión ya está en marcha.
El espacio Martitz 96 está formado por un orbitador, dos pequeños módulos de aterrizaje y dos taladros. Cinco días antes de llegar a la órbita de Martitz, las sondas expulsarán los módulos de aterrizaje y éstos se posarán sobre la superficie de Martitz. Los taladros permanecerán más tiempo amarrados al barco principal y se introducirán en la órbita del planeta y partirán a las dos semanas para perforar la superficie de Marte. Tanto el módulo de aterrizaje como el taladro trabajarán durante 3 meses. La misión completa tendrá una duración mínima de un año.
El 3 de diciembre un lanzador Delta II lanzará al Explorador de Marte. Ocho meses después, en julio de 1997, la sonda de 819 kilogramos llega a su nombre. El buque constará de dos elementos principales: el módulo de aterrizaje y el de microloro. El primero se detendrá en el punto de deslinde y transmitirá los datos de la zona a la Tierra, mientras que el de los microcámaras, por el contrario, podrá deambular y cubrir una parcela más amplia con los datos emitidos.
Esta misión estadounidense será la primera en viajar a Marte, ya que su fecha de lanzamiento será el 6 de noviembre. Fecha por determinar. El lanzador Delta II espaciará al orbitador de más de 1.000 kilos. En septiembre de 1997 llegará a Marte, pero no se incorporará de inmediato. La cartografía de la superficie de Martitz comenzará en abril o mayo del año siguiente. Durante estos siete meses la velocidad del buque se reducirá mediante la aerobización y alcanzará su órbita definitiva entrando en la alta atmósfera de Marte. Este proceso debe realizarse con lentitud y precaución.
Quienes pensamos que la exploración del espacio, y especialmente la de los planetas del Sistema Solar, es una tarea importante, tenemos, aparentemente, un motivo de alegría. Y es que la puesta en marcha de estas tres misiones puede indicar que estamos a las puertas de una época más próspera. ¡Suerte!
Misión
Martitz 96 Explorador de Mariz Corredor Global