¿Qué es la corrosión?
La mayor parte de los metales se encuentran en forma de óxido y sulfuro en la naturaleza y la única manera de conseguirlos es mediante la extracción de energía. Por ello, estos metales se encuentran en una situación precaria y cuando entran en contacto con el medio ambiente tienden a retornar a su estado natural. Esta tendencia es la causante de la corrosión.
El hierro, por ejemplo, es un elemento inestable que, en estado afronto, forma óxidos de hierro hidratados en función de la reacción:
2Fe + O 2 + 2H 2 O = 2FeO H 2 O
Estos óxidos son los denominados productos de corrosión.
El acero, por su alto porcentaje de hierro, sufre el mismo proceso de oxidación.
En algunas aleaciones, los productos de corrosión se unen firmemente a la superficie de la aleación y, posteriormente, ofrece protección contra posibles oxidaciones. Este es el caso de los aceros inoxidables. Sin embargo, la membrana de productos corrosivos no está muy ligada al metal base. Presenta irregularidades y no protege de la agresión ambiental.
En Inglaterra se dice que cada 90 segundos se pierde una tonelada de acero debido a la corrosión, que en España supone aproximadamente el 3% del PNB. A esto habría que añadir los gastos generados por las paradas. También los gastos de reposición de nuevas piezas, problemas de dimensionamiento en diseños, etc.
Por lo tanto, la importancia de este tema y su consiguiente preocupación económica no es cuestionable.
La reacción de corrosión suele estudiarse como una reacción electroquímica, teniendo en cuenta que todas las sustancias tienen diferentes potenciales electroquímicos, aunque según su estructura molecular se recurre a valores más positivos o más negativos. Las aleaciones metálicas, al no ser sustancias puras, forman pequeños ánodos y cátodos formando pequeñas pilas. El medio líquido favorecerá la transferencia de electrones. Realiza la función de electrolito oxidando el ánodo y reduciendo el cátodo.
Para poder comprobar esta reacción hay que tener en cuenta tres puntos:
A continuación se realizará un breve análisis de los mismos.
En un primer momento, la reacción de corrosión puede expresarse como la siguiente reacción simple.
aA + bB = cC + dD
A sería un metal, la zona B y los productos de corrosión C y D. Se debe aclarar que los componentes del medio que influyen en el proceso son sólo algunos.
Lógicamente, la corrosión podría ser "seca" o "húmeda". Seco, cuando la solución acuosa no participaba en el proceso y húmedo, en los casos inversos. En la actualidad, debido a la complejidad del tema, se realiza una clasificación más amplia, teniendo en cuenta los distintos aspectos que forman la corrosión.