Radiodifusión

Ciencia y tecnología avanzan paso a paso y su influencia en nuestra vida cotidiana es evidente. Incluso el aparato de radio del hogar o del coche que permanece encendido durante muchas horas, no nos ofrece canciones y locuciones desde la nada.

Heinrich Hertz consiguió por primera vez las emisiones por radio en 1886. El mensaje que pudo transmitir a unos centímetros no fue más que la energía liberada en forma de chispa en un cable.

En 1897 Marconi consiguió que las señales de radio se emitieran a un barco situado a 29 km. Años después comenzaron a utilizar la radio inalámbrica en los barcos.

Los primeros aparatos de radio estaban conectados a aparatos telegráficos que recibían las señales en papel. El elemento más importante en las siguientes emisoras fue el detector. El detector más conocido era el formado por un cristal de magnetita o silicio y un bobinado. Este detector denominado Galena se utilizó hasta la invención de la válvula termoiónica. Esta última, por su bajo precio y comodidad, se mantuvo hasta la aparición del transistor.

Las primeras emisiones de voz se realizaron en Alemania y Estados Unidos, pero ninguno de ellos se preocupó.

A partir de 1919 los aficionados a la radio abandonaron la telegrafía. De hecho, el triodo inventado por Forest americano (tubo o válvula electrónica con tres electrodos) servía para transmitir, detectar o amplificar señales y gracias a este invento se creó una nueva industria: la de las emisoras de radio.

A pesar de que el avance es importante, la primera transmisión radiofónica de los años 20 y la calidad y complejidad de los aparatos de radio, no es comparable a los múltiples recursos actuales. Además de que la señal llegara muy débil a los primeros aparatos de la casa, los aparatos antiguos tenían poca sensibilidad.

La radio se basa en el uso básico de la tecnología. Aunque está muy arraigada en nuestra sociedad, no es así en todo el mundo.

Por ello, la antena debía estar situada a diez metros del suelo y bien aislada. Sin embargo, sólo se obtenía la potencia suficiente para oírse de los auriculares. Los primeros altavoces, por su parte, tenían más potencia que permitía escuchar un programa de radio en caso de que la gente que estaba en una habitación estuviera silenciada. En 1920 Rice y Kellogg inventaron en Estados Unidos el altavoz de bobina móvil, un diseño que ha permanecido prácticamente inalterable hasta la fecha.

Después de una breve historia, vamos a explicar qué pasa para que cuando encienda el aparato de radio podamos oír el programa de radio.

La comunicación por radio se realiza mediante las llamadas ondas hertzianas o electromagnéticas. Cada onda hertziana tiene sus propias características y en función de su frecuencia se distinguen varios tipos: ondas cortas, medias, largas y VHF (de muy alta frecuencia). Por tanto, cada emisora de radio tendrá una determinada banda de frecuencias en función del tipo de onda que utilice. Sabiendo cuál es el soporte para el envío del mensaje, vamos a mostrar en concreto el camino que las palabras del locutor de radio siguen para llegar al aparato de radio de nuestro hogar.

Para empezar la palabra del locutor, el micrófono lo recoge y lo convierte en una señal eléctrica. Posteriormente esta señal debe ser modulada, ya que al estar en la frecuencia inferior, debe colocarse de forma que se pueda enviar. Esta señal se denomina onda o señal moduladora. La emisora de radio tiene en su transmisor un aparato llamado oscilador que produce una onda portante. Esta onda portadora se encuentra en alta frecuencia, es decir, su frecuencia es igual al canal de la radio emisora.

A la hora de modular, la señal modulante modifica una de las características de la onda portante (amplitud, frecuencia o fase de la onda) y se transmite la onda portante, la señal o la onda modulada que se ha modificado. Por eso buscamos en el aparato de radio las características denominadas AM (modulación de amplitud), FM (modulación de frecuencia) y PM (modulación de fase).

La transmisión de la onda electromagnética modulada puede ser terrestre (desde la antena de la estación de radio hasta la antena del aparato) y por satélite (desde el satélite hasta nuestra antena). Cuando sintonizamos el aparato de radio con la frecuencia de esta emisora de radio llegará la señal modulada emitida desde el aire. Una vez alcanzado este paso, el proceso se completa al revés.

La señal modulada se desmodula, es decir, se elimina la onda portante de alta frecuencia y se detiene la señal eléctrica de baja frecuencia. Al igual que en la emisión, la señal que llega débilmente se ve reforzada por el amplificador. El último paso es convertir la señal eléctrica en sonido a través de los altavoces. Y al finalizar este proceso, podremos sintonizar la radio y escuchar lo que el locutor ha dicho ante el micrófono.

Resonancia entre receptor y transmisor.
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