Ciudadanos patiamarillos

Etxebeste Aduriz, Egoitz

Elhuyar Zientzia

En el litoral de la Península Ibérica hay poblaciones nuevas que están llegando en las últimas décadas. Poca aceptación por parte de los nuevos ciudadanos. Los que les ha tocado ser vecinos dicen que son muy ruidosos, sucios y a veces agresivos. En Euskal Herria todavía no son muchos, pero si los ves en la calle, los conocerás enseguida. Fíjate en las piernas, amarillentas.
Ciudadanos patiamarillos
01/12/2008 | Etxebeste Aduriz, Egoitz | Elhuyar Zientzia Komunikazioa
(Foto: Diliff)

Las gaviotas son aves oportunistas. Aunque están diseñadas principalmente para la explotación de los recursos marinos, prácticamente no mueren de nada comestible. Además, son un poco atrevidos y, al igual que otros muchos animales oportunistas, han encontrado el hayedo cerca del ser humano.

"Donde hay una persona, seguro que hay algo que comer" puede ser la regla de oro de ratas, ratones, palomas y muchos animales que han apostado por vivir cerca del ser humano. También de gaviotas. En Euskal Herria, la gaviota patiamarilla ( Larus michael hellis ) es la gaviota más abundante entre las gaviotas, y sabe bien la prosperidad de las personas.

Según datos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, en los últimos 30 años se ha triplicado la población de gaviota patiamarilla en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Algo parecido ha ocurrido en toda la península Ibérica. Este crecimiento demográfico está causando una serie de problemas, entre los que se encuentra la aparición de nuevas colonias en los tejados urbanos, que han llevado a cabo acciones de control de poblaciones en algunos lugares. Para ello, en octubre la Sociedad de Ciencias Aranzadi organizó una jornada.

Uno de los objetivos de la jornada era analizar las causas del crecimiento demográfico de las gaviotas patiamarillas. Hay que decir, sin embargo, que la patiamarilla no es la única ave marina que ha crecido en los últimos años. Un estudio realizado por el biólogo del Instituto Mediterráneo de Investigaciones Avanzadas del CSIC (Imedea), Daniel Oro, revela que otras nueve especies han crecido tanto o, en algunos casos, bastante más. Sin embargo, la población de estas patas es mucho mayor que la de otras especies, por lo que es más acusada que el resto.

En la Comunidad Autónoma del País Vasco existen cerca de 5.000 parejas, la mayoría en Bizkaia. La mayor colonia se encuentra en la isla de Izaro, con más de 1.000 parejas. Y el más grande de Gipuzkoa es el de Ulía, con más de 500 parejas.

(Foto: J. Arizaga)

Estos números quedan reducidos respecto a los gallegos. Allí vive el 60% de las gaviotas peninsulares. Jorge Mouriño de Arcea Xestión de Recursos Naturais, de Galicia, explicó que desde 1975 hasta la década de los 90 pasaron de 10.000 a 50.000 parejas. Y después, a pesar de una cierta estabilización en el número de gaviotas, el número de colonias ha seguido creciendo.

Pesca y vertederos

En la jornada se expusieron varias razones para explicar el crecimiento demográfico. Pero la principal fue la disponibilidad de alimentos. Por un lado, los descartes pesqueros ocupan gran parte de la dieta de las gaviotas. No hay más que mirar a los barcos pesqueros que faenan en el mar; seguro que los patiamarillos están cerca, esperando a los excedentes de los pescadores.

Por otro lado, nuestros vertederos se han convertido en verdaderos self-services que se alimentan diariamente en vertederos. Aitor Galarza, de la Diputación Foral de Bizkaia, mostró la evolución de los residuos sólidos urbanos en Bizkaia: Apenas 300.000 toneladas en 1983, superando en la actualidad las 700.000 toneladas. Galarza lo ve claro: "si se quiere controlar la población de estos animales es necesario intervenir en vertederos".

Por otra parte, en los años de posguerra era habitual comer huevos de gaviotas y pollos. Incluso la desaparición de esta presión puede tener su importancia, aunque sea en menor medida, no sólo en el crecimiento de la población sino también en el acercamiento a las ciudades. Decía Galarza: "En un principio nidificaban en islas inaccesibles para los depredadores, incluidos los humanos. Posteriormente se empezaron a colonizar islas, conflictos, etc., más accesibles, como Gaztelugatxe o Arratia de Getaria. Y en los últimos años también se han empezado a nidificar en construcciones".

Algunos edificios son lugares idóneos para el nido.
J. Mouriño

La proliferación de gaviotas puede causar problemas. Por un lado, los ecológicos, porque se pierde el equilibrio de los ecosistemas. Estudios realizados sobre todo en la costa mediterránea demuestran una transformación radical de la vegetación. También se ha mencionado que causan daños a otras especies de aves, aunque en muchos casos las investigaciones han rechazado. Pero los que han dado la alarma son daños muy diversos: daños sociales y económicos a los seres humanos.

Tejados

El primer caso conocido en los tejados de la CAPV data de 1994, en Bermeo. Posteriormente aparecieron en Mundaka y en la abandonada central nuclear de Lemoiz. "Allí no tienen problemas -dice Galarzak-, pero ahora también han empezado a nidificar en el estuario del Nervión, lo que puede ser preocupante: una pareja en Sestao, otra en Portugalete...".

Uno de los asistentes sacó a la mesa los pabellones del puerto de Pasaia. Se dice que el estiércol de las gaviotas provoca problemas de corrosión en la chapa de los pabellones. Pero allí han encontrado la solución. Estratégicamente se han colocado hilos de nylon en las cubiertas de chapa de los pabellones.

Los pasaitarras vieron en Vigo el sistema del nylon. No es de extrañar, en la CAPV todavía sólo hay casos en los que el nido de los tejados es único, pero en Galicia hay 30 colonias en los tejados de ciudades y pueblos. Un dato proporcionado por Mouriño: "En el relato que hemos hecho este año hemos contado 1.023 parejas en los tejados de Vigo".

(Foto: foxypar4)

Las gaviotas de los tejados provocan problemas a los vecinos. Por un lado son muy ruidosos, sobre todo cuando están con chites. Además, ensucian tejados y fachadas. En ocasiones se obstruyen los canalones y se producen problemas de humedad en las casas. Y cuando están con chites también pueden ser agresivos. Por ello, ante las quejas de los vecinos, las administraciones han llevado a cabo acciones de control de las poblaciones de los tejados en Vigo, Ferrol, La Coruña y Viveiro.

Esfuerzos innecesarios

Estas acciones han consistido en retirar los huevos y nidos de los tejados. Pero, según Mouriño, esto sirve para poco: "En todo el mundo se ha visto que eso no sirve para nada, se gasta mucho dinero y al final de la acción se vuelve a la primera. Es tirar dinero y el dinero no sobra para acciones medioambientales y de conservación".

El ornitólogo asturiano César Álvarez está de acuerdo en ello. En Gijón y Aviles también se están realizando acciones similares. "Cada año los ayuntamientos gastan millones -dice Álvez-, pero todos los esfuerzos son inútiles: las poblaciones urbanas siguen creciendo. Las gaviotas son muy cocidas. Por ejemplo, a una misma pareja se le ha tenido que quitar el nido tres veces, y también son los que han seguido haciéndolo en el mismo lugar durante diez años después de retirar el nido cada año".

En opinión de Mouriño, la eliminación sólo tiene sentido en el caso de los nidos concretos que han provocado las quejas. Las medidas a adoptar deben ser diferentes. "En algunos casos son válidos sistemas como el nylon siempre que se coloquen correctamente. Pero lo importante es la prevención. Como en todas las invasiones biológicas, si influye en las fases iniciales, triunfará. Cuando una colonia está consolidada, se puede hacer muy poco".

(Foto: Ben Coombs/Creative commons/Reconocer y compartir bajo la misma autorización)

Por ello, para Mouriño es importante que los ayuntamientos que aún no tienen colonia establezcan un sistema de vigilancia y que una vez vistos los primeros nidos los retiren. "Es barato y eficiente. Cuando las gaviotas sólo hayan empezado a nidificar, si ven que ese lugar no es bueno, se marcharán a otro lugar".

Por otra parte, en la jornada se acordó que en las colonias naturales no era conveniente realizar acciones de control, salvo que existan evidencias científicas que pongan en peligro algún valor ecológico. Sin embargo, la afección a las colonias naturales es muy difícil. Un póster de la jornada contaba una experiencia en las islas Chafarinas. Allí se dedicaron varios años a matar a los patillones, pero no sirvió para nada; pocos años después de la acción, ya se encontraba en el pasado. "En estos temas, dos más dos no siempre es cuatro --dice Álvarez -. La dinámica de las poblaciones es compleja, las poblaciones tienen mecanismos reguladores".

"Para solucionar el problema hay que solucionar --según Mauriño- el origen del problema. Es imprescindible restringir el acceso a los vertederos, regular los descartes pesqueros y mantener las ciudades y puertos lo más limpio posible. En la actualidad, las ciudades son un lugar privilegiado para las gaviotas. Científicamente está demostrado que el éxito reproductivo es significativamente mayor en las colonias urbanas que en las naturales". Les hemos puesto los alimentos delante de los picos. Y parece que ese es el origen del problema.

Oportunistas
Las gaviotas son oportunistas, se sabe, pero no faltan maestros. Al igual que las gaviotas, en los últimos años han proliferado los hombres que llevan el mismo adjetivo con mérito.
A medida que el hombre se aleja de la naturaleza, la propia naturaleza se ve cada vez más como un peligro o como un obstáculo. Las gaviotas llevan siglos viviendo en los pueblos de nuestra costa, haciendo deposiciones en tejados, en botes y cajas de pescado, robando pescado... sin ninguna queja. Hasta que se han impuesto las formas de calle: no queremos muelles.
Rafa Saiz. Itsas Enara Ornitologia Elkartea.
Los medios de comunicación nos dicen que las gaviotas conllevan una serie de daños y peligros: rotura de tejas, levantamiento de tela asfáltica, deslumbramiento de canalones y bajantes... Pero hay muchísimas tejas rotas en los tejados que nunca han conocido los muelles, decenas de telas asfálticas levantadas sobre los pabellones que no han tenido jamás los muelles y muchas máquinas de canalones y fundas cegadas con hojas, plástico y barro en las casas que nunca han conocido. Pero basta con que aparezcan las gaviotas como culpables oficiales para nombrarlas.
Los motoristas tienen que limpiar y pintar el casco cada año, ya que la fauna se añade, pero cuando las gaviotas les manchan el toldo se quejan.
Las empresas especializadas en 'controlar' las gaviotas han crecido en los últimos años, como ya se ha indicado, y las que 'investigan' por encargo, amplificando sin medida su mensaje interesado. Parece que para capturar peces, no hay nada como el tapar el agua. ¿Sobreviven?
Etxebeste Aduriz, Egoitz
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2008
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031
Medio Ambiente
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Babesleak
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