1997/03/01
117. zenbakia
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Tras los excesos, ¿qué?
Texto generado por el traductor automático Elia sin revisión posterior por traductores.
Elia Elhuyar
Han pasado las fiestas y las fiestas, hemos dejado atrás los Carnavales y ya estamos en Cuaresma. No tengo intención de hacer un “sermón” aquí, pero es innegable que en ambiente festivo comemos y bebemos más de lo normal. Y como estos excesos perjudican al cuerpo, vamos a ver cómo podemos resolver durante un par de meses (desde Navidad a San Sebastián, pasando por los Carnavales) la paliza que esta desmedida marcha ha dado a nuestro pobre hígado.
Las tradiciones son algo bueno, al menos al principio, y yo no voy a salir en contra de esas fiestas, ni mucho menos (porque a mí también me paso lo mismo que a cualquier otro), pero ahora, cuando se ha hecho “daño”, veamos qué se puede hacer para traer el cuerpo a su normalidad. La mayoría tomaríamos unos kilos, un atracón u otro, y sé cómo está nuestro ácido úrico o colesterol. Por eso, tenemos que poner en marcha un pequeño plan para eliminar estas toxinas innecesarias. ¿Cómo conseguirlo? Os recomiendo el tratamiento natural, aplicable durante una semana o como mucho durante diez días, no con el objetivo de perder kilos, si se pretende filtrar y limpiar la sangre y eliminar las toxinas. Para empezar, cuando nos sentamos en la mesa hay que estar tranquilos, comer con calma y sin ninguna presión y seguir los siguientes consejos.
- El procedimiento más suave y mejor tolerado es la ingestión de más celulosa. ¿Y dónde se encuentra la celulosa? Algunas verduras y frutas como valles, melocotones, melones, judías verdes, puerros y alcachofas son muy ricos. Después volveremos a hablar de las frutas, pero si a alguien no le gusta comer la fruta entera, tendrá las mismas ventajas si la toma como compota o puré y las verduras como sopas.
- Tenemos el cuerpo a tope, el hígado por ejemplo, lleno de trabajo; la boca seca, como la lengua blanca y la esparto, con el vientre hinchado. Pueden aparecer otros síntomas (pesadez, vientos, náuseas, letargo, etc.) por relleno. Para combatirlo, los próximos días hay que consumir aguacates, tomates o zanahorias, acelgas o espinacas, fresas (si las encuentras en la plaza o en la feria, claro está) porque facilitan la expulsión de la bilis.
Consejo: sustituir una de las comidas, sobre todo la cena, por una ensalada verde (escarola, lechuga, endivias, judías verdes, aguacate, pimiento, cebolla, pepino y espinaca) y como postre, preferiblemente, tomar el piña natural. Por otro lado, es mejor comer menos unos días, masticando bien los alimentos y tomar infusiones (manzanilla, menta txortalo, boldo, azeribuztana, salvia). El paseo tras la comida también te ayudará a realizar mejor la digestión. - Para estimular y facilitar el trabajo de filtración de los riñones es conveniente tomar diuréticos, pero no químicos (medicamentos, es decir, que deben usarse con cuidado, siempre siguiendo las indicaciones del médico), sino naturales: los que están en las verduras, como el col de cabeza, la alcachofa, la cebolla, el maíz, las manzanas o el melón, son muy apropiados para limpiar las “cainerías” del cuerpo.
Consejo: En una cena semanal tres o cuatro alcachofas, una cebolla mediana y un par de puerros cocidos. Añadir unas gotitas de aceite de oliva y, junto con las verduras, tomar el caldo. ¡Diurético perfecto! - Si en la piel han aparecido eccemas, urticantes o granitos, es conveniente añadir ejercicio físico, siempre con la intención de aumentar la sudoración. También es muy adecuado frotar la piel con una guante bastante dura (por ejemplo, una zurda) durante unos minutos, sobre todo durante la ducha, lo que provocará la sudoración. También hay frutas (naranjas, limones...) o verduras (acelga, col de cabeza...) que nos ayudan a afrontar estos problemas.
- Durante unos días retirar de la comida las grasas y las grasas: margarinas, mantos, mayonesas, productos de reventa, fritos y rebozados. Hay que recordar que estos últimos triplican al menos el valor calórico que requiere la comida. Además habrá que beber dos litros al día, agua o infusiones. El ajo crudo es un excelente desintoxicante de sangre, pero para mucha gente ocurre un alimento muy duro y pesado (provoca la poteta) que puede ser sustituido por escarola, apio, piña (en ayunas) y endivias.
- Los expertos en nutrición destacan la importancia del desayuno fuerte para después realizar una comida equilibrada: verduras y pescado o carne a la plancha, sobre todo para compensar de alguna manera los excesos de dietas calóricas y grasas de días (y meses) anteriores.
Consejo: también se pueden tomar grasas, pero si se sabe separar (por ejemplo, mejor salmón a la plancha porque su grasa es omega-3 ácida que huevos fritos o tortilla de patata). - Por los “callos” de media mañana o de tarde/noche, es una mala costumbre comer tentempiés (pintxos o almuerzo, o no sé qué, porque la costumbre de cada uno tiene mucho peso en estas cuestiones). Y además, los que ahorcan en ellos no suelen ser muy apropiados: azeitos, embutidos, quesos curados o fritos de todo tipo como aperitivo.
Consejo: sustituir por un desayuno más fuerte o cuidar la cena (caldo caliente sin grasa y fruta, por ejemplo).
PARA AHUYENTAR ESOS KILOS EXCESIVOS
Han pasado las fiestas, sí, pero los kilos han quedado ahí: dos o tres, si no son más, por supuesto, las básculas o las que nos muestran la cremallera sin culpa. Estos kilos que nos sobran nunca son beneficiosos, por lo que conviene perderlos lo cuanto antes. No es difícil si ponemos algo de voluntad.
- Al mes o bajo régimen calórico: ensaladas, verduras, carne a la plancha, pescados cocidos y fruta natural. Hacer comidas abundantes pero ligeras al día, masticar bien la comida, levantarse siempre con un poco de hambre y beber agua o infusiones fuera de las comidas.
- Haz más ejercicio físico. Si no tienes tiempo para ir al gimnasio o no tienes ningún tipo de afición deportiva, anda. Un paseo diario de 30-45 minutos, con arin-arin y calzado cómodo, es una forma sencilla de quemar entre 200 y 300 calorías.
- Propuesta para hacer alguna cena: un yogur con un par de piezas de fruta. Después, para no tener hambre, antes de ir a la cama, coger una taza de infusión.
- Consumir alimentos ricos en fibra (pan y pastas integrales, legumbres con moderación, valles, naranjas, etc. ). Así tendrás los intestinos muy limpios.
- No tomar fruta en la comida como postre. Consérvelo para el desayuno o la merienda.