Las enfermedades causadas por la falta de yodo se han convertido en un problema importante a nivel mundial y constituyen un gran reto internacional en el ámbito de la alimentación. En la actualidad, cerca de 1.500 millones de personas se encuentran en peligro por la falta de yodo, la mayoría de ellas se encuentran en Asia, África y Sudamérica. Sin embargo, además del tercer mundo, la falta de yodo genera grandes problemas en países más desarrollados como España, Alemania, Francia, Grecia, Italia, Portugal, Turquía y países del este de Europa.
La necesidad de yodo varía en función de la edad. El ser humano necesita para su normal desarrollo y crecimiento una cantidad de yodo de entre 50 mg diarios (para niños recién nacidos) y 200 mg (para mujeres embarazadas y lactantes). El yodo es el elemento básico de las hormonas que producen las glándulas tiroides. Esta glándula controla diversas funciones de nuestro cuerpo, como el crecimiento y el desarrollo del metabolismo. Por lo tanto, tener menos yodo de lo suficiente puede provocar desequilibrios en nuestra salud.
Diversos estudios han concluido que en países con un nivel de yodo inferior al necesario, los bebés sufren seis veces más que los niños de países que no padecen esta falta de yodo, la moderación de la función tiroidea. Este dato es muy preocupante si tenemos en cuenta que esta época es muy importante para el desarrollo del cerebro del niño. Además de los bebés recién nacidos, el hipotiroidismo (ralentización del tiroides) puede ser también en niños, jóvenes y adultos. En consecuencia, la falta de yodo puede provocar una disminución general de la función mental y una disminución del desarrollo físico en niños y jóvenes, entre otros. Sin embargo, la falta de yodo es la causa más grave en los niños. Y es que, además de aumentar el riesgo de pérdida del niño, puede provocar en él una serie de anomalías congénitas (discapacidad intelectual, sordera, estrabismo, enanismo…).
Además de todas estas enfermedades, un grado de yodo inferior al debido puede provocar bocio. El bocio es una tumoración de la glándula tiroides que produce una inflamación de la parte anterior del cuello. A medida que avanza la edad, la inflamación aumenta con moderación y puede causar problemas estéticos y otros. En algunos casos puede provocar pisadas sobre la tráquea y problemas respiratorios. El bocio no pone en peligro la vida, pero junto a otras cosas que genera la falta de yodo, la carga económica que afecta a la sociedad es muy grande. A modo de ejemplo, en 1987, esta escasez de yodo en la República Federal Alemana provocó un gasto social de 500 millones de dólares.
A pesar de que algunas de las consecuencias que genera la falta de yodo no tienen vuelta atrás, en la mayoría de los casos es fácil y rápido equilibrar el nivel de este componente. La mejor forma de tomar el yodo de forma correcta y natural es comer pescado y marisco, aunque una parte importante del yodo (entre el 20% y el 58%) se pierde en la preparación de la comida. A través de ellos, nuestro cuerpo obtendría el yodo que necesita, pero no se aseguraría que toda la sociedad tuviera la cantidad suficiente de yodo. Por lo tanto, los profesionales de la salud recomiendan la yodación de la sal, el agua y/o el aceite, ya que este método es sencillo y muy efectivo y económico.
Sin duda, el método más eficaz de estos tres es utilizar la sal yodada. Esta sal es la resultante de añadir el yodo que pierde la sal común durante el proceso de secado. Además, dado que casi todas las personas consumen sal, la sociedad en su conjunto es la mejor manera de consumir diariamente la cantidad de yodo que necesitamos. Este método es especialmente efectivo en los países desarrollados, ya que pueden producir sal yodada y distribuirla también a través del circuito comercial. Por todo ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la yodación universal de la sal.
Así lo hacen desde hace tiempo algunos países europeos y EEUU, y hoy en día las enfermedades que el yodo genera han desaparecido prácticamente. En la década de 1920, EEUU y Suiza fueron los primeros países en lanzar la campaña de sal yodada, lo que permitió equilibrar el bajo nivel del yodo.
Salvo algunas excepciones, la sal yodada debería ser utilizada por toda la sociedad para cocinar y utilizar como sal de mesa. Esta recomendación es casi obligatoria para las mujeres embarazadas y lactantes para garantizar el normal desarrollo del sistema nervioso central del bebé y del recién nacido. Naciones Unidas, en la cumbre de la Infancia, vio la necesidad de proteger especialmente a estos grupos sociales y decidió adoptar las siguientes medidas:
Sin embargo, para los que tienen prohibido tomar sal, se recomienda tomar mariscos y sucedáneos del yodo. A las personas que padecen el bocio nodular y la enfermedad de Graves-Basedow (nivel de yodo superior al debido) no les conviene tomar la sal yodada. A todos los demás sí.
Según el estudio realizado entre 1988 y 1992, el 75% de la población de la Comunidad Autónoma del País Vasco presentaba un nivel de yodo inferior al debido. En esta investigación participaron 4.336 niños y niñas de entre 6 y 14 años que, al igual que todos los estudios que se realizan sobre el nivel del yodo, se basaron también en el grado de yodo de la orina y la enfermedad de bocio. El hecho de que los niños sean objeto de estudio principal en este tipo de investigaciones se debe a que, en primer lugar, la deficiencia de yodo más evidente se detecta en los niños, en segundo lugar, tienen un alto grado de participación y en último lugar ofrecen una buena muestra del espacio en el que se realiza la investigación.
Sus resultados, como ya se ha mencionado anteriormente, mostraron que en todo el territorio existía un bocio endémico y una clara falta de yodo, a pesar de que este desequilibrio era leve. El nivel medio de bocio en el conjunto del territorio fue del 21,2%, con un mínimo del 9% en el bajo Donostia-Bidasoa y del 36,7% en el oeste del interior de Bizkaia. Por otro lado, el nivel medio de iodación fue de 73,6±42,4 mg/l, desde 69,7±35,3 mg/l en Vitoria-Gasteiz hasta 79,8±47,6 mg/l en el Gran Bilbao. Teniendo en cuenta todo ello, se concluyó que el consumo medio de sal yodada en la CAPV es del 25%.
Sin embargo, la falta de yodo “leve” no significa que tenga poca importancia, sino que, por el contrario, fue en 1996 cuando se celebró el 49 de Salud. Enfermedades y molestias ocasionadas por la falta de yodo en la Asamblea Mundial “problema grave para la salud pública” y “2000. Para el año 2004 los consideró como “a eliminar de todos los países”.
A la vista de los resultados del estudio, se consideró que en la CAPV había que fomentar el consumo de pescado y sobre todo el uso de sal yodada. Para ello, la Dirección de Salud Pública del Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco ha diseñado un Programa de control y prevención de enfermedades y molestias por la falta de yodo. Esta campaña publicitaria, bajo el lema “Sal yodada para la salud”, pretende que entre los años 2000 y 2002 los niveles de iodo en las tres provincias sean del 100% mediante sal yodada.
El objetivo de la campaña es concienciar a la sociedad sobre este problema, por lo que este programa prevé sacar a la luz las conclusiones de la investigación. En esta información se explicarán las molestias causadas por la falta de yodo y cómo prevenirlas fácilmente. En definitiva, se quiere transmitir a la sociedad que cambiar la sal normal por la sal yodada es mucho más beneficioso para la salud.
Para llevar a cabo la campaña de publicidad han hablado con empresas, comercios y asociaciones de consumidores responsables de la distribución de alimentos y ya se han presentado 14 hipermercados, 332 supermercados y 517 tiendas de la CAPV. En todos estos lugares, además de vender sal yodada, nos pueden dar datos más precisos sobre el tema. Además de esta publicidad, carteles, trípticos, pancartas, etc. ya están disponibles en estos comercios y en los hospitales y centros de salud de Farmacia, Ayuntamiento y Osakidetza.
Sin embargo, el Departamento de Sanidad considera que es necesario profundizar más en esta información y subraya que este trabajo está en gran medida en manos de profesionales que trabajan en el ámbito de la salud. Muchos de los profesionales de este ámbito tienen una relación directa con el público, lo que les permite tener una mayor incidencia en este tema. Por tanto, es imprescindible que estos profesionales conozcan bien los pormenores de este programa. En este sentido, el Departamento de Sanidad ha elaborado el informe “Iodoprofilaxis en la CAPV”, que se distribuirá a los profesionales que trabajan en las áreas de Atención Primaria, Ginecología, Obstetricia (Planificación Familiar), Endocrinología, Nutrición, Medicina Nuclear, etc., para su análisis, en farmacias y otros ámbitos de la sociedad.
Los peligros de la escasez de yodo en nuestra dieta disminuyen en cuanto se utiliza la sal yodada. Su precio es similar al de la sal común (con una diferencia entre ambas de menos de cinco pesetas por kilo) y dado que nuestra sociedad puede producir y distribuir esta sal, su eficacia puede multiplicarse, ya que la sal puede llegar a todos los hogares. No obstante, cabe destacar que el objetivo de este programa no es aumentar el consumo de sal, sino cambiar la sal común que usamos ahora por sal yodada. De esta forma sencilla conseguiremos la mejor prevención.
Enfermedades por deficiencia de yodo- En el feto:
- En el recién nacido:
- En niños, niñas y adolescentes:
-Adulto:
Además de todas estas enfermedades, el riesgo de irradiación tiroidea en la población con deficiencia de yodo aumenta considerablemente debido a las irradiaciones de los isótopos radiactivos del yodo en los procesos de fisión nuclear. |