Cerca de Euskal Herria se encontraron algunos de estos restos relacionados con la Astronomía. En la cuenca del río Vézère, en la región aquitana de Périgord, abundan los yacimientos prehistóricos en los alrededores de Les Euzies de Tayae. Los tan conocidos abrigos Madeleine y Lescaux se encuentran en esta zona. Algunos de los instrumentos y obras encontradas en estos yacimientos son los que, como resultado de investigaciones exhaustivas, se han equiparado a algún tipo de calendario, los sencillos calendarios basados en la Luna. Entre ellos se encuentran restos paleolíticos, o más concretamente el Paleolítico Superior (35.000-10.000 a.C.) Periódicas.
En algunos huesos encontrados en Abri Lartef se han encontrado secuencias cortantes largas organizadas en grupos de 29 ó 30 signos que se repiten. Sin duda estos conjuntos de picaderos están relacionados con los días de la luna. Estudios exhaustivos realizados también con el microscopio muestran que las muescas han sido repetidas veces, ya que los días se contarían en ciclos repetitivos. Es el caso, por ejemplo, de otro hueso del Aurignac descubierto en Abri Blanchard. Se cree que el hueso es de C. Se trata de un trabajo realizado hacia el año 30.000 y en él aparecen 69 cortes realizados con 24 herramientas diferentes. En la mayoría de los casos, las cosechas en el hueso tienen la forma de la fase lunar que quieren expresar.
A. El arqueólogo norteamericano Mashack es el pionero en el estudio de los huesos mencionados. No hay que olvidar que los huesos encontrados en Dordonia no son los únicos con las particularidades expuestas. Son de las más antiguas, pero huesos dentados de significado similar se han encontrado por toda la Tierra. De hecho, el primero que estudió Mashack fue un hueso hallado en el África ecuatorial, en el pueblo de Ishan, cerca del lago Tuskana. Esta última es posterior a las anteriores; la del Mesolito (a. C.) 8.500). En tres de los lados de este hueso se pueden ver 168 muescas repartidas en 16 grupos. Por tanto, indicarían algo más de cinco meses y medio y los intervalos entre los distintos grupos indicarían los días correspondientes a las fases de la Luna, es decir, la luna llena, la luna menguante, la luna nueva y los días de la luna creciente.
Otros huesos encontrados en el pueblo de Gontzi de Ucrania parecen también pensados para el seguimiento de las fases de la Luna. Otro tanto puede decirse de otro hueso descubierto en la localidad checa de Kulna. Tiene tres grupos de 15, 16 y 15 comillas, es decir, que representan la mitad del mes. Está claro, pues, que la hipótesis de Mashack de que todos los esfuerzos descritos son programas que responden a la necesidad de medir el tiempo y organizar calendarios básicos es la más creíble. Parece lógico que para estos trabajos la Luna se tome como referencia, ya que el seguimiento de nuestro satélite sólo requiere mirar directamente al amasado. Además, el mes es más apropiado para controlar la sucesión de estaciones que el día y puede ser suficiente mientras no se detecten movimientos del Sol más difíciles.
Es evidente, además, que dichas necesidades se han generado en todos los territorios y culturas. Sin embargo, es más difícil determinar las causas de estas necesidades. ¿Los cazadores los utilizaban para contar los días o las luna que hacían fuera? ¿O era para llevar la cuenta de los días que faltaban para el nacimiento? Con los datos que tenemos actualmente es absolutamente imposible responder a estas preguntas. Necesitamos pistas e investigaciones que aporten más información.
Efemérides SOL: 20 de abril a las 7h 26min (UT) entra en Tauro.
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