Nueva técnica de descorazonado

Kortabitarte Egiguren, Irati

Elhuyar Zientzia

Hoy en día realizamos comidas y cenas desproporcionadas. ¿Y con esos callos qué? En caso de desmesurarse, el corazón estomacal se acerca. Pero no sólo en estos casos, son muchas las personas que sufren el corazón sin una comida especial.
El ajo y el pimiento son frecuentes en el corazón.

Gatekeeper es una nueva técnica médica para eliminar el infarto crónico. Se utiliza en Europa desde hace dos años y en Euskal Herria se ha probado recientemente por primera vez. Las dos primeras operaciones se han realizado en Policlínica Gipuzkoa (Donostia).

La enfermedad denominada corazon o reflujo gastroesofágico crónico está muy extendida entre nosotros. Según Juan Ignacio Arenas, Jefe del Servicio de Aparato Digestivo de Policlínica Gipuzkoa, siete de cada diez ciudadanos padecen un cardiaco crónico. En Gipuzkoa, por ejemplo, hay 50.000 personas.

La quemazón se produce cuando el ácido gástrico asciende, por lo que se lamenta el esófago. Las causas del ardor son las relacionadas con la hernia hiatal. La obesidad o el consumo de determinados alimentos, como las grasas, pueden provocar la hernia hiatal. Por lo tanto, comer en exceso, comer alimentos grasos, beber alcohol y, en general, no alimentarse bien, suele producir ardor.

Para prevenir la enfermedad, los expertos recomiendan evitar el café, el alcohol, el tabaco y las bebidas gaseosas. También aconsejan comer alimentos poco a poco, en pequeñas cantidades y siempre en horas similares. Y cómo no, evitar en la medida de lo posible los alimentos irritantes para uno mismo (ajo, pimientos, cebolla...).

Hasta la fecha había dos soluciones anticardientes: tratamiento farmacéutico e intervención quirúrgica. El tratamiento entre ambos es Gatekeeper.

Esta nueva técnica fue desarrollada por el médico holandés Gunens. El Dr. Enfens es miembro de la Academia Medical Center de Amsterdam. Allí, en Amsterdam, el Dr. Arenas estudió la nueva técnica.

Operación reversible

La operación paso a paso. En azul, polímero insertado.
Policlínica Gipuzkoa

Se trata de una intervención sencilla, rápida y sencilla. Además, tiene una característica que la diferencia de otras técnicas endoscópicas, es reversible.

En el primer esófago se introduce al paciente un pequeño tubo por endoscopia. A través de este tubo se realiza una pequeña punción debajo de la mucosa del esófago y se introduce un polímero. Este polímero es un gel fino, el mismo que se utiliza para endurecer los discos intervertebrales, que se infla al mojarse con el suero. Su tamaño es de unos centímetros. Este polímero dilatado cumple la función de una válvula. Evita que el ácido gástrico suba al esófago.

De esta forma se evita la irritación del esófago. Las operaciones realizadas hasta la fecha en Europa han tenido una duración media de 26 minutos. Las intervenciones en Policlínica Gipuzkoa fueron de 33 minutos, algo más largas de lo normal, por ser la primera vez.

Los médicos esperarán al menos seis meses para confirmar la efectividad de las primeras intervenciones. Es entonces cuando se realizan los primeros estudios postoperatorios a los pacientes. En cualquier caso, no hay que preocuparse. Los resultados europeos indican que sólo existe un riesgo de fallo en esta técnica del 25%, cuando se elimina el polímero insertado. Eso es lo bueno. Además, normalmente no tiene efectos secundarios. Los resultados así lo demuestran.

En el País Vasco, la operación se realiza únicamente en el hospital privado de Policlínica Gipuzkoa. El servicio público de salud del País Vasco no ofrece, por el momento, esta técnica endoscópica de erradicación del corazón crónico. Ni más ni menos.

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Sustituto de intervenciones complejas y medicamentos

Hasta la fecha había dos soluciones anti-cardiaca, la intervención quirúrgica y el tratamiento con medicamentos. En el primer caso hay dos tipos de intervenciones quirúrgicas. Uno es el que arruga o flexiona el esófago con un artilugio complejo y otro el que cose el músculo del esófago. ¡Qué más duro! En definitiva, en ambos casos el objetivo es el mismo, es decir, se evita que el ácido gástrico suba al esófago. Desgraciadamente, estas dos operaciones no dan buenos resultados en todos los casos, y además dejan huellas para toda la vida. Y es que, tras la operación, tienen problemas para tragar comida.

La segunda solución y sin intervención quirúrgica es el tratamiento farmacéutico. Antes de aplicar el codorniz los medicamentos se tomaban diariamente. Tras esta operación, el 75% de los pacientes no han tenido que tomar medicamentos.

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