Arte gráfico y ordenadores Mac

Andonegi Beristain, Garazi

Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

El mundo único del arte gráfico tiene una particularidad: Mac es uno de los pocos ordenadores que utilizan más que los ordenadores PC. De hecho, en los programas de diseño y maquetación necesarios en el arte gráfico, hasta ahora los ordenadores Mac han estado mucho más avanzados. El único que ofrece estos estudios en Álava es el Instituto Mendizabala, que lo hace desde hace tiempo.
G. Andonegi

En el mundo del arte gráfico hay muchos procesos y, como hemos dicho, en él predominan los ordenadores. Los procesos que antes se realizaban de forma manual, como la obtención de textos e imágenes, la unificación, etc., ahora se realizan por ordenador. El trabajo de los ordenadores consiste en definir imágenes y textos, imprimirlos, hacer pruebas y finalmente sacar el fotolito. El fotolito es una hoja transparente con textos e imágenes. Por lo tanto, hasta hace poco el trabajo a realizar en las habitaciones oscuras se realiza en directo.

Aluminio, excelente soporte

Una vez que el fotolito está entre las manos, esta ‘foto’ pasa a una plancha de aluminio, que se coloca en imprenta y saca varios ejemplares. Para estas planchas se escoge el aluminio, que luego se recoge en el cilindro de la imprenta para realizar tiradas largas. Esto significa que el material, además de resistente, debe ser flexible para plegarlo y ajustarlo bien al cilindro. El aluminio tiene estas propiedades, pero no es el único, hay planchas de papel y de plástico. Sin embargo, estos no pueden utilizarse para tiradas largas, mientras que los de aluminio pueden ser utilizados para producir más de 50.000 unidades.

Estas planchas de aluminio contienen una película o capa sensible, es decir, una emulsión sensible a los colores. De este modo, las imágenes y textos presentes en el fotolito pasan de positivo a positivo a plancha de aluminio. No hay nada negativo entre ellas: el fotolito es positivo y la plancha de aluminio. ¿Y cómo pasan las imágenes y los textos del fotolito a la plancha de aluminio?

El resultado final se obtiene en cuatro colores: cian, amarillo, magenta y negro. Precisamente el negro da visibilidad al resultado.
G. Andonegi

El proceso para pasar la imagen y el texto al aluminio es sencillo: sobre la plancha se coloca el fotolito y se ilumina. La emulsión sensible permite que el contenido del fotolito pase a la plancha de aluminio. Finalmente, la plancha se coloca en el cilindro de la imprenta y se moja primero con agua y luego con tinta. Al mojarse con agua, las zonas blancas de la plancha de aluminio, es decir, sin texto ni imágenes, absorben el agua, mientras que las zonas con alguna imagen o texto no lo absorben. Al mojarse después con tinta, se utilizan tintas aceitosas, por lo que las zonas que han absorbido el agua no absorberán la tinta ni las que estaban impresas. La tinta sólo se pega en las zonas donde hay texto e imagen y eso es lo que se quiere sacar en papel.

El secreto de los colores

Para conseguir todos los colores se necesitan cuatro planchas, sí, cuatro. De hecho, primero pasa la plancha de color azul (cyan), luego el amarillo, luego el rojo (magenta) y finalmente el negro.

¿Y por qué se necesita negro? Pues porque los colores que se utilizan no son puros, ya que la suma de todos no da negro. Por tanto, para que el marrón oscuro sea negro se necesita un cuarto color.

Hasta ahora, además, para conseguir la unión de todos los colores en las máquinas era necesario pasar las planchas de uno en uno en la imprenta, pero hoy en día hay empresas que también tienen máquinas que pasan las cuatro a la vez.

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