Según el prestigioso biólogo Charles Darwin, el individuo que mejor se adapta al medio en cada especie avanza por selección natural. Normalmente este individuo debe su ventaja sobre los demás a una característica especial, que al tener mayores posibilidades de supervivencia y/o reproducción, es más probable que aparezca en las siguientes generaciones. Así, al cabo de varias generaciones, la característica beneficiosa se convierte en específica de la especie. También es posible que desde el mismo antepasado surjan especies muy diferentes en función del camino de adaptación al entorno.
En la selección dirigida por el hombre, sin embargo, lo que se busca no es una mejor adaptación al entorno, sino que desde el punto de vista humano se trata de preservar o alcanzar unas características beneficiosas para la producción. Estas características pueden ser morfológicas, fisiológicas o etológicas, y algunas han sido mutadas. Los cambios morfológicos han dado lugar a razas caninas grandes y pequeñas; fisiológicamente se han obtenido vacas de leche y carne; y mediante cambios etológicos o de comportamiento se ha favorecido la sumisión de animales. Así se han obtenido distintas razas dentro de cada especie.
Hay que tener en cuenta XX. Hasta el siglo XX no se conocieron las obras de Mendel, por lo que no sabían cómo se transmitían las características de una generación a otra. Por ello, desde que se conocieron los fundamentos de la genética se han dado grandes avances.
El método más antiguo utilizado por el hombre para obtener animales de características concretas consiste en elegir y cruzar los mejores animales de cada generación. Haciendo lo mismo en las siguientes generaciones, se espera conseguir animales cada vez más perfectos. Pero es un método muy lento y además poco científico. Por el contrario, la selección genealógica es bastante más rápida y eficaz. XVIII. En el siglo XIX los ganaderos ingleses empezaron a tener en cuenta sus antepasados a la hora de elegir un animal reproductor. Así vieron que se obtenían mejores resultados.
Por otro lado, con el objetivo de caracterizar y afinar las características de una raza, se realizan cruces entre sus componentes sanguíneos, dando lugar a muchas razas actuales, principalmente a la utilización de sementales específicos. Tras varias generaciones se obtienen los siguientes uniformes. Pero los efectos de los cruces entre parientes no siempre son favorables, ya que en general existe el riesgo de aparición y fijación de genes defectuosos. Las poblaciones con baja variabilidad genética son más vulnerables y presentan menor capacidad de combatir enfermedades.
Al mestizar sucede lo contrario: cuando se cruzan animales de distintas razas aumenta la variabilidad genética. El descendiente tiene una mezcla de las características de sus padres y muchas veces es bueno. A veces merece la pena conservar la raza mestiza, pero otras veces se explota sin buscar descendencia del mestizo, como es el caso de los cerdos que se matan nada más crecer. En otras ocasiones, el objetivo de mestizar es adaptar la raza de un país a otro. Para ello, el macho de semental traído desde fuera se cruza con las hembras autóctonas. Así surgieron el cerdo de Vitoria y el caballo inglés de sangre limpia.
Si el cruce no es entre razas sino entre especies, se llama hibridación. No siempre es viable, claro está, las especies que se hibridan deben ser cercanas y, sin embargo, existe el riesgo de que las células reproductoras sean incompatibles o no desarrollen el feto. Además, los híbridos son casi siempre estériles. Pero, por otro lado, suelen ser animales muy fuertes y duros, de los que se aprovecha el ser humano. El ejemplo más conocido es el híbrido caballo y burro, el mando.
Al margen de los cruces, en la actualidad también se utilizan nuevas técnicas de mejora racial. Entre ellas se encuentra la fecundación in vitro que permite la obtención de híbridos entre especies incompatibles. Sin embargo, se utiliza principalmente para evitar el trasvase de los sementales de un lado a otro, ya que con esta técnica basta con transportar la propia semilla. Otra técnica utilizada en el ganado es la que aúna ovulación múltiple y transferencia embrionaria: se excitan los ovarios de las mejores hembras para tener ovulaciones múltiples y, tras la fecundación de los óvulos, se colocan en los úteros de otras hembras. Finalmente, con la ingeniería genética se ha dado un gran paso hacia la obtención de ‘animales de diseño’.
Dicen que el perro, además de ser el mejor amigo del ser humano, es el perro más antiguo. Los esqueletos caninos más antiguos son de hace unos 30.000 años y siempre han sido encontrados junto a los esqueletos humanos. Por eso al perro se le ha llamado Canis familiaris. Está muy extendida la teoría de que el perro es descendiente del lobo, pero también hay quien piensa que es un perro o un coyote. Según otros investigadores, al tratarse de razas caninas tan diferentes, es posible que procedan de diferentes especies del género Canis.
Sin embargo, al pasar del Pleistoceno al Holoceno, al templar el clima, los mamuts y los bisontes disminuyeron y los ciervos y jabalíes aumentaron. Entonces, el lobo y el hombre debían competir por la misma caza y, al parecer, se le ocurrió aprovechar el lobo. Así, antes de que el hombre se hiciera sedentario y el ganado comenzara a crecer, intentó dominar y domesticar a un animal. Según esto, el perro, antes que el pastor, fue un perro de caza.
Mucho más tarde, el hombre intentó conseguir un tipo de perro apropiado para cada uso. En los documentos de los antiguos egipcios aparecen galgos y en los asirios molosos. Sin embargo, estas eran más subespecies que razas caninas. Y es que el fenómeno racial es relativamente nuevo.
En un principio, las razas caninas se crearon para usos concretos (caza, guarda, pastoreo o ayuda), pero parece que el deseo de crear animales singulares ha ido más allá. En consecuencia, en la actualidad existen razas que por sí mismas tendrían grandes dificultades para sobrevivir. A veces, con el objetivo de conseguir razas limpias, se han producido errores debido al excesivo cruce de animales consanguíneos. En otras ocasiones, a la hora de buscar características morfológicas específicas, no se han tenido en cuenta los problemas que puede presentar, como enfermedades congénitas o hereditarias, o la facilidad de padecer ciertas enfermedades.
El bulldog es un ejemplo extremo de los problemas que pueden surgir en la búsqueda de razas raras. XIX. Hasta mediados del siglo XX, los bulldog se usaban en Gran Bretaña en la lucha contra los toros. Cuando se prohibieron estos espectáculos, los criadores de perros dirigieron la evolución del bulldog por otra vía. Intencionadamente, se quiso conseguir un perro feo y, a través de la selección, se ha creado una raza que finalmente recoge graves anomalías.
El bulldog se caracteriza por su enorme cabeza de pelvis. La consecuencia es que la dificultad del parto hace que los cachorros tengan que nacer por cesárea. Pero después de nacer, tienen dificultades para progresar: pueden tener dermatitis grave en los pliegues cutáneos, padecen enfermedades del corazón... Eso sí, ha perdido su salvaje pasado y es una raza muy sumisa.
Sin embargo, el bulldoga no es la única raza con problemas de partos, ya que ocurre lo mismo con los perros de raza muy pequeña (poodle toy, yorkshire, chihuahua, pomerania, border terrier...). Además, a menudo presentan dificultad respiratoria. Los de raza grande (rottwiler, golden retriever, San Bernardo, el gran danés...) tienden a tener malformaciones de cadera y codo desde el nacimiento.
Una de las últimas modas es el híbrido entre perros y lobos. Los híbridos son una mezcla de dos especies, pero como no es posible predecir en qué características y en qué medida las recibirá de cada una de ellas, no siempre se consiguen crías favoritas: hay tantas opciones como para conseguir un animal con el aspecto de lobo que se busca y con el comportamiento canino.
Entre los cánidos nacen otros híbridos como el lobo, el perro y el coyote. Además, estos híbridos pueden ser prolíficos. Sin embargo, como en la naturaleza cada uno tiene su territorio, no ocurre así, y es imprescindible la participación del hombre en estas hibridaciones.
Hace tiempo que el hombre domesticó a los gatos y con el tiempo se han obtenido numerosas razas. Algunas de estas razas son realmente llamativas, como por ejemplo los gatos sphynx no tienen pelo, las razas rex tienen el pelo rizado y las de rizo americano tienen los oídos rizados hacia atrás. En los tres casos son razas procedentes de mutaciones aleatorias.
Por otro lado, se han realizado una serie de hibridaciones entre las especies de la familia de los felinos y se ha conseguido que algunos de estos animales sobrevivan. En muchas ocasiones, la intención de la hibridación no ha sido otra que atraer al espectador a algún zoológico. Entre ellos se han hibridado el león y el tigre, el gato casero y el gato montés, la pantera y el león.
También se ha trabajado mucho con otros animales de granja para conseguir la raza más adecuada para cada tipo de producción. Teniendo en cuenta el clima y el relieve, se ha seleccionado la especie que mejor satisface las necesidades en cada lugar, y se han realizado esfuerzos para mejorarlo. Por ello, algunas especies han dado lugar a verdaderos especialistas, como por ejemplo, la mayoría de las razas de cerdo tienen su origen en China (aunque las más extendidas ahora son las europeas), mientras que la mayoría de las razas bovinas tienen su origen en el XIX. Venían de la mano de los criadores británicos de ganado del siglo XIX.
La mayoría de las razas de ganado vacuno actuales pertenecen a la especie Bos taurus y se utilizan principalmente para la leche o la carne. Supuestamente su origen se debe a la cantidad de agua domesticada hace unos 8.500 años (el salvaje Bos primigenius, ahora desaparecido). Por su parte, las razas bovinas asiáticas y africanas provienen de cebo ( Bos indicus ). El zebu se caracteriza por su abultamiento en la cruz dorsal, con orejas largas caídas y muy adaptadas a las zonas donde vive.
Para aprovechar las mejores características de ambas especies se han realizado hibridaciones entre ellas, dando lugar al brahman. Frente a la vaca europea, el brahman soporta mucho mejor las altas temperaturas y humedades y es más resistente a los parásitos. Además, Brahman se ha cruzado con otras razas bovinas, dando lugar a razas de interés como el brangus ( brahman x angus ) y el charbray ( brahman x charolais ). Además, la hibridación de la vaca con otros bóvidos no es difícil: con la jaca, la bisonte, el búfalo indio y el africano.
Al igual que la vaca, la oveja produce carne y leche, y en lugar de cuero el pelo, por lo que el ser humano hace tiempo que crecen las ovejas, y la selección de razas comenzó hace tiempo. Se cree que fueron domesticados por primera vez en el sudeste asiático, hace unos 11.000 años. Las cabras también se domesticaron en el mismo territorio, pero 1.500 años después. A pesar de pertenecer a distintos géneros ( Ovis y Capra ), se ha conseguido hibridar ovejas y cabras, pero como curiosidad y no con la intención de conseguir un animal con un rendimiento económico.
En algunos casos, mediante hibridaciones o cruces, los científicos han tratado de salvar alguna especie en peligro de extinción. Así ocurrió, por ejemplo, con la sidra. Esta salvaje cabra pirenaica llevaba años en peligro y al final no consiguieron recuperar la especie. Sin embargo, algunos no han perdido la esperanza y esperan que algún día la clonación dé solución.
Por otra parte, los científicos de los Emiratos Árabes Unidos anunciaron recientemente una interesante hibridación. La idea era crear una nueva especie de explotación ganadera. Para ello han trabajado cinco años en el Centro de Investigación de Dubai y el resultado ha sido una cama, un híbrido entre llama y camello. Ambas especies proceden de un antepasado que vivía hace 30 millones de años: las llamas se han desarrollado en los Andes y los camellos en Asia. Aunque tienen el mismo número de cromosomas, no son fácilmente equiparables, ya que son de dimensiones muy diferentes, por lo que han tenido que utilizar inseminación artificial para obtener las cámaras.
Por el contrario, entre los camélidos andinos las hibridaciones son fáciles, tanto entre la alpaca y la llama como entre la bikuina y la llama. Además, estos híbridos no sólo sobreviven sino que a veces son fecundos. Sin embargo, no son interesantes para los agricultores, ya que no son mejores que su padre y su madre, y dan problemas de domesticación.
Está claro que los intentos de mejora se han llevado a cabo con todos los animales beneficiosos para el ser humano (desde cerdos, gallinas y conejos hasta peces, canarios y mariposas), y en cada especie han surgido decenas de razas, a veces hasta cientos. Asimismo, las nuevas tecnologías permiten obtener razas de características que parecían imposibles de antemano, por lo que todavía se crearán nuevas razas. Por ejemplo, pocos pronosticarían que hace unos años había pollos sin pluma. Y en EE.UU., la empresa Transgenic Pets trata de crear gatos que no producen alergias a los humanos.
Sin embargo, y aunque parezca contradictorio, las razas están disminuyendo. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, ha anunciado que los agricultores recurren a razas específicas y que, por tanto, están desapareciendo las razas de ganado tradicional. Según los expertos, se pierden dos razas por semana. Por ello, la FAO advierte de la necesidad de poner en marcha proyectos específicos para preservar la diversidad racial local.
Híbrido más famoso: mando
El hombre conoce desde hace tiempo el híbrido entre caballo y burro, y no en vano, porque le resulta muy beneficioso. Y es que el mando es un animal muy robusto y ideal para el trabajo. Por ello, se utiliza en muchos lugares del mundo para trabajos duros. Normalmente se cruzan el águila y la yegua para conseguir el mando, ya que el astema suele tener graves problemas para dar a luz a la cría del caballo. El mando siempre es estéril, pero con características favorables. Por un lado, el codo es más duro y dócil que el caballo y, por otro, es más rápido que el burro y resiste mejor el frío y la humedad. El resto de características son una mezcla de características entre las dos especies: el oído es más largo que el del caballo pero más corto que el del burro, tiene un grito entre la irrintzia y la pesca, y su tamaño depende de las razas de los padres.
En la familia de los équidos se pueden conseguir otros híbridos, como el burro salvaje y el burro casero o caballo, así como el hebreo y el caballo.
Animales convertidos en obras de arte En el año 2000, el artista Eduardo Kac realizó un conejo transgénico con el objetivo de completar el diálogo entre la tecnología y los seres vivos. El conejo alba tenía un aspecto normal con luz normal, pero con luz azul se convertía en fluorescente. Para conseguirlo introdujo en el ADN de un conejo albino el gen que da fluorescencia a la medusa Aequorea victoria. Según el autor, el uso de métodos transgénicos puede dar lugar a otras quimeras maravillosas como la unión de plantas y animales, o entre animales y seres humanos. Estas intenciones, por supuesto, han suscitado un debate. |