El "descubrimiento" de América: sacudida a la ecología
Sabemos que Cristóbal Colón no fue el primero en “encontrar” América. Los pescadores vascos llegaron a las costas norteamericanas mucho antes. Pero los pescadores no eran conquistadores. Y antes que los vascos, hace unos mil años, los vikingos viajaban hasta América (por eso los escandinavos dicen que hay que farrear el quinto centenario y celebrar el décimo en lugar de el quinto). Pero Cristóbal Colón fue quien descubrió la dimensión política del descubrimiento y extendió la nueva a toda Europa.
Pero, para que tengamos claro, América no es el “Nuevo Mundo”. Cuando el 12 de octubre de 1492 Colón desembarcó en la isla de San Salvador, América era tan antigua como Europa. Y lo tenía suficiente como para que Europa lo ofreciera. El Nuevo Mundo Real es el que vivimos desde entonces los americanos y los demás. De hecho, las consecuencias derivadas de la marginación entre dos continentes desconocidos durante miles de años han sido las mayores de la historia de la civilización.
Algunas de las conclusiones, como veremos, aunque beneficiosas, fueron muy dañinas. Los conquistadores hicieron dos pecados principales antiecológicos: Los europeos los consideraron como bestias y animales a explotar y dominar los pueblos de América y no como seres humanos del mismo nivel, que tenían una cultura tan antigua y rica como la europea. Por otro lado, no se fijaron en la fragilidad del entorno americano. En consecuencia, los europeos civilizados hemos destruido casi por completo lo que la naturaleza ha generado durante miles de siglos.
El intercambio entre el nuevo continente y Europa (más África y Asia) comenzó en 1493 con el segundo viaje de Colón. Este viaje, a bordo de diecisiete barcos, desembarcó a unos 1.500 hombres, varias mujeres, caballos, vacas, cerdos, gallinas, trigo, cebada, otras semillas y caña de azúcar en las playas de Haití. En este intercambio distinguiremos cuatro grandes grupos: plantas, animales, seres humanos y enfermedades.
Plantas
En las plantas comestibles, si hablamos de importancia, la balanza se dirige sin duda a América. Los datos son:
La caña de azúcar, los principales cultivos (trigo, cebada, ...), la vid, la cebolla, la naranja, la pera, etc. los llevaron. Desde América las alubias (alubias = habas de las indias), el mandioca, la yuca, el cacahuete y, sobre todo, el cacao, el tomate, la patata y el maíz. Sin ellos, en la actualidad tendríamos una Italia sin salsa de tomate y una Suiza sin chocolate y en nuestros bares no habría pintxos de tortilla de patata. Impensable, ¿no?
La patata es una planta de las mesetas peruanas que se extendió lentamente por Europa. Al parecer, uno de los primeros pueblos que conoció la patata en Europa fue Euskal Herria. XVI. A finales del siglo XX se llegó a nuestras costas. Llegó a Irlanda más tarde, en el XVII. A mediados del siglo XX, y poco después se convirtió en el alimento básico y principal de los irlandeses. XVII a mediados de Europa. Sólo llegó a finales del siglo XX. Chino XVII. Llegó en el siglo XIX.
Se trata de una planta de patata de rápido crecimiento, que no requiere condiciones de jardinería ni climáticas estrictas y que, entre las que cumplen estas condiciones, aporta el mayor número de calorías por hectárea. Para darse cuenta de la importancia que tienen hoy en día las plantas de origen americano en nuestra alimentación, no hay más que mirar a la producción mundial: En 1986, la producción conjunta de trigo y arroz considerada como más básica ascendió a 1.000 millones de toneladas, mientras que la producción conjunta de maíz y patata alcanzó los 788 millones de toneladas en el mismo año.
Animales
En los animales, sin embargo, la aportación de América es escasa. El pavo (pavo = gallo de indias) es el único animal que se nos ha traído de casa. El resto de animales y animales de la fauna americana, como la llama, el guanaco o el cóndor, no han salido de su lugar de origen.
Por el contrario, el listado de animales “migrados” de Europa a América es extenso y tiene gran influencia. De hecho, los indios de las películas de far-west o el gaucho argentino no se representan sin caballos. Sin embargo, el caballo era totalmente desconocido (e incluso impensable) para los indios. El caballero y el caballo, los indios pensaban que los dos eran los dos, viendo por primera vez a los conquistadores sobre los caballos.
El caballo se adaptó perfectamente a los extensos prados de Sudamérica y Norteamérica y al XVII. Desde comienzos del siglo XX, la vida de los indios cambió profundamente. Siux y los comanches, por ejemplo, eran un seminomada rural popular, pero gracias al caballo, se convirtieron en cazadores nómadas de bisontes, siguiendo los grupos migratorios de bisontes.
Los burros, ovejas, cabras y cerdos procedentes de Europa se adaptaron al nuevo continente y junto con las especies de origen fueron y son fuente de alimento y fuerza de trabajo para los americanos. Sin embargo, el daño continental causado por los cerdos no es despreciable. Debido a su gran fecundidad (dos o tres etapas al año y de ocho o diez cerditos por cría) y a su carácter omnívoro, los silvestres escapados de los seres humanos comían todo tipo de animales y plantas. Apenas un siglo fue suficiente para que los cerdos colonizaran toda América, desde la Nueva Escocia de Norteamérica hasta la Tierra del Fuego de Sudamérica. Causaron daños irreparables en la fauna y la flora autóctonas.
Humanos
Desde el punto de vista ecológico, el “descubrimiento” de América supuso para la especie humana el mayor sacudido hasta entonces. Una raza, la blanca, apareció en todo el mundo. El resto de razas se vieron obligadas a someterse a él y a sufrir sus horrores. Muchos pueblos americanos desaparecieron. Fue genocidio. Esclavados los amerindios, fueron obligados al trabajo (en la caña de azúcar, primero, en el algodón y después en el tabaco). Las condiciones de trabajo y las enfermedades hicieron desaparecer la población de origen. El sustituto fue la población negra africana. Como si fueran animales, los africanos fueron llevados de forma tierna a América por los mercaderes de esclavos.
Los primeros esclavos negros llegaron 13 años después de la llegada de Colón a América, en 1505. El mercado de esclavos se expandió enormemente y en pocos años se extrajeron 10 millones de negros de África para trabajar en América. La tasa de mortalidad de los esclavos en las plantaciones de caña de azúcar era enorme: un esclavo medio muere por tonelada de azúcar producida. La población originaria del Caribe ha sido totalmente representada por la población negra procedente de África.
Enfermedad retroactiva
Todos los cambios provocados por los conquistadores quedan reducidos tras los terribles efectos de las epidemias. Los conquistadores se imponían con relativa facilidad, pero esto no hubiera sido tan fácil si el tifus, los semilleros y, sobre todo, la viruela no hubieran resquebrajado ni debilitado los sólidos imperios originarios de Centroamérica y Sudamérica.
Baztanga era una enfermedad endémica en Europa. VI. Llegó a Europa en el siglo XIX a través de las invasiones musulmanas y se fue extendiendo poco a poco. XVIII. En el siglo XVIII el 10% de los europeos fallecía por la viruela. No obstante, VII. Desde el siglo XX la población europea había desarrollado cierta inmunidad.
Parece ser que el astillero Juan Nepomuceno fue el primero que en 1492 le llevó a América con los mismos baztangas. La epidemia se extendió a toda velocidad entre los amerindios. Entre 1519-20 murió cientos de miles de aztecas, facilitando la conquista de Hernan Cortés. En 1525 la epidemia llegó al territorio inca: El Gran Inca murió y el ejército se debilitó. Cuando Pizarro llegó por segunda vez a las mesetas peruanas en 1532, descubrió un pueblo sumidero, desolado por la viruela.
La epidemia se expandió muy rápido. Desde la llegada del Caribe Colón, un siglo fue suficiente para reducir el número de poblaciones originales al 10%.
A pesar de ser oprimido, debilitado, violado y explotado por los europeos, la venganza americana pronto se extendió a Europa. Los conquistadores, junto con el oro y la plata americanos, trajeron la sífilis. Baztanga acabó con la civilización centroamericana; la sífilis no hundió la civilización europea, pero sus efectos y consecuencias fueron terribles. XV. La sífilis llegó a España a finales del siglo XX y se extendió rápidamente por toda Europa a través de las guerras italianas. Viejos y jóvenes, ricos y pobres, fueron igualados por la sífilis. Por ejemplo, Carlos VIII de Francia murió de sífilis en 1498, cuando tenía 28 años.
La enfermedad “italiana”, “francesa”, “española”, ... los europeos se atribuían mutuamente el origen de la enfermedad. Viendo el rechazo social que el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) ha producido estos días y el miedo irracional de los afectados por el SIDA, el XVI. En el siglo XVIII se aprecia fácilmente cómo la sífilis sacudió las costumbres sociales y el ambiente cultural de aquella época. Hasta entonces, la relación entre el pecado y la pena de Dios tenía un carácter metafísico (el infierno), pero se materializó de pronto. La luxuria, el cuerpo de los pecadores que cose con pollos carnosos que desprendían pus. Se le denominó “el castigo de Dios”. Las casas de baños se cerraron y la Inquisición, la imposición, las guerras religiosas y el profetismo atravesaron toda Europa. Mientras tanto, al otro lado del Océano Atlántico, la América dominada irría.
El encuentro entre dos mundos que se han desarrollado sin noticias durante cientos de miles de años se ha producido una sola vez en la historia de la humanidad. Las relaciones entre las diferentes sociedades se producen de forma progresiva en el espacio y el tiempo. Sin embargo, el de 1492 fue un gran baile cultural para los pueblos americanos, una explosión total. ¡Aprenderemos de los abusos de entonces!
Las
cañas del azúcar disfrutan de Europa, amamarga América y África
La caña de azúcar se cultivaba en Asia y en algunos lugares de África (como China y Canarias) antes de llegar a América, pero la producción era pequeña y no tenía mucha importancia. El azúcar era muy caro. Las primeras plantaciones de caña en Haití dieron una excelente cosecha y se abrieron rápidamente a Cuba, Puerto Rico, Jamaica y Brasil. Miles de hectáreas de bosque tropical fueron aradas para plantar caña.
Para producir la tierra, plantarla, trabajarla, envolverla, sacar el zumo y preparar el azúcar cristalizado y el resto de subproductos, se necesitaba mucha mano de obra. Los nativos americanos, los amerindios, fueron obligados a ello. Pero las enfermedades procedentes de Europa (baztangas, tifus, simientes, sarampión, etc.) acabaron en pocos años cerca del 90% de la población original. Entonces, para sustituirlo, llevaron a los negros de África.
Hasta entonces el azúcar era un producto caro, se convirtió en un mercado y en una industria muy importante. XIX. Cuando a principios del siglo XX se descubrió el procedimiento industrial para obtener azúcar de la remolacha, la mayoría de las plantaciones de cañas desaparecieron poco a poco.
Zu idazle
Zientzia aldizkaria
