Hay que hacer algo. En el mundo hay unos 6.000 millones de habitantes, cifra que va en aumento. Paralelamente, el consumo de pescado es cada vez mayor. ¿Y qué hacer para afrontar este problema? ¿Puede promover piscifactorías? ¿O dicho de otro modo, impulsar la acuicultura? En este trabajo se encuentran los profesores Imanol Garate e Inazio Manterola en la escuela de acuicultura de Mutriku, en el puerto de Mutriku. Allí se ha puesto en marcha un ciclo formativo de grado superior sobre producción acuícola. Entre ellas, la organización de procesos de producción acuícola, el cultivo de almejas, langostinos y besugo. Mutriku es la primera escuela de acuicultura del País Vasco.
¿Y qué es la acuicultura? Para decir lo mismo, los profesores de la escuela de acuicultura nos han dado una serie de definiciones: un campo que engloba las técnicas de cría de todo ser acuático, el crecimiento controlado de todo ser acuático... En definitiva, la acuicultura engloba las técnicas de cría de seres, plantas o animales, tanto de agua dulce como salada.
A la hora de clasificar los diferentes tipos de acuicultura se pueden utilizar diferentes criterios. Por ejemplo, si el medio o medio de cultivo se utiliza como criterio, puede distinguirse entre acuicultura marina y acuicultura continental. Sin embargo, estas clasificaciones son meramente descriptivas. La clasificación que incorpora los enfoques funcionales es mucho más útil.
En función del grado de control que reciben los cultivos, se suelen distinguir dos tipos de crecimiento: el extensivo y el intensivo. Sin embargo, la separación entre ambos no resulta a menudo clara.
Este tipo de cultivos están lógicamente relacionados con los objetivos de la acuicultura. En general, se pueden distinguir dos objetivos principales: garantizar la supervivencia de la población y obtener un beneficio económico.
El primer tipo de cultivo se realiza, en general, en países en desarrollo, sobre todo en el sureste asiático. Sus características geográficas son muy adecuadas debido a la abundancia de ríos, lagos y marismas. Los productos allí obtenidos son esenciales para alimentar a la población. En los países industrializados, sin embargo, el objetivo es obtener un beneficio económico.
En palabras de Imanol, “en Euskal Herria, la acuicultura todavía no está incluida en el Neolítico. No se ve la acuicultura como un futuro. Pero esto se debe en gran medida a la falta de agentes y voluntades. Y es que aquí siempre se han utilizado dos argumentos para justificar la inviabilidad de la acuicultura: uno con mar muy abrupto y otro con un metro cuadrado costero muy caro, por lo que la construcción de cualquier instalación es muy cara”.
Desde el punto de vista de la acuicultura, el besugo sería una especie que podría crecer en la costa cantábrica. Y es que el besugo es un pescado muy apreciado y muy poco. Además, tiene un buen precio en el mercado. Por ello, es muy probable que el besugo se reproduzca en los viveros y produzca beneficios.
En la actualidad, se puede decir que la acuicultura está orientada principalmente a la producción. Hay que producir muchos ejemplares jóvenes y luego engordarlos hasta alcanzar un tamaño adecuado en el mercado. La producción de juveniles se realiza en instalaciones especiales denominadas hatchery. Los adultos se preparan para la puesta, incuban los huevos y crecen larvas en los viveros juveniles. El cultivo de las postlarvas se realiza en instalaciones denominadas nursery, desde donde se trasladan a las instalaciones de engorde.
Normalmente hay empresas que se encargan de sacar las larvas adelante y otras que buscan engordarlas.
Para el cultivo de larvas se utilizan organismos vivos como alimento. La mayoría de los peces son carnívoros, y en la mayoría de los casos se les da a las larvas el rotífero Brachionus o la crustáceo Artemia. Los rotíferos, por decirlo de alguna manera, son peces muy pequeños del mar y se les da antes de que empiecen a dar Artemia. Pero para engordar se les da el pienso. Se debe elegir el pienso apropiado: la necesidad de alimentación debe ser satisfactoria y, al mismo tiempo, no conviene que sea costosa, ya que el crecimiento no sería rentable.
Son muy pocas las empresas que trabajan de forma integral. Necesitan varias técnicas. En la planta de engorde, por ejemplo, no se necesita fitoplancton o zooplancton; se necesitan envases y agua para crecer estos seres y el pienso. Y otra técnica para dar de comer, dar luz y cuidar la calidad del agua. Un Hatchery utiliza tecnología más fina
Con todas estas técnicas, por ejemplo, en el caso de las lubinas, la supervivencia desde los huevos viables hasta que los juveniles comen el pienso es del 10-15%. Este dato, sin embargo, no es pequeño. De hecho, se ponen unos cien mil huevos por kilo de hembra, por lo que avanzan diez mil huevos. No está mal, ¿no? Esto es imposible en un ecosistema natural o en mar abierto. De alguna manera, la acuicultura apuesta por el número de huevos. La estrategia consiste en producir millones de huevos, de manera que, a pesar de que algunos murieran, muchos sobrevivirán, siempre más que en mar abierto.
La aplicación de técnicas de acuicultura permite que cada generación salga un montón de seres enormes, lo que, al margen de la producción, abre la posibilidad de repoblar mares y ríos.
Pero también hay peligro. La biodiversidad genética es enorme en el mar. En consecuencia, el vertido al mar de miles de ejemplares de una especie cultivada en acuicultura empobrece notablemente esta diversidad genética. No sólo eso, también pueden pasar a la población salvaje diversas enfermedades o malformaciones.
Para actuar con seriedad en la acuicultura es imprescindible conocer datos de la población silvestre, como propiedades genéticas, enfermedades, densidad, etc. Y antes de empezar, se necesitarán programas concretos. “La acuicultura es, en definitiva, un conjunto de técnicas que el ser humano pone claramente la ética”, subraya Imanol. Medir el impacto ambiental de cada técnica. “Una cosa es el agujero que puede hacer un topo en el suelo y otra lo que puede hacer una taladro. Ambos tienen efectos sobre el medio ambiente, pero de forma diferente”.
Algo parecido ocurre en la acuicultura. Es imposible basarse únicamente en la productividad. Por ejemplo, en la acuicultura se forman aguas sucias, en el mar quedan restos de comida y en el proceso de cría se utilizan antibióticos. Medir el impacto ambiental de todos ellos. Los antibióticos, por ejemplo, son agentes biológicos peligrosos que se utilizan para el tratamiento de aguas y, en muchos casos, mezclados con alimentos. Sin embargo, la tendencia actual es la acuicultura ecológica, al igual que en la agricultura.
Haciendo referencia a la intervención humana, no podemos olvidar lo ocurrido en la pasada primavera en la campaña de la anchoa. En este sentido, Ignacio nos ha contado que hace 15-20 años se propuso el crecimiento de la anchoa en viveros, o al menos preparar a la gente para hacer anchoa, conocer el ciclo de vida, etc.
En palabras de Ignacio, “en aquella época no se le hizo caso. Y ahora la anchoa ha desaparecido. Pocos esperaban. Quizás si no se hubiera actuado así en aquella época, el problema actual de la anchoa hubiera sido mucho menor”. Tal vez. Sin embargo, no parece que lleguemos a agotar todo el pescado del mar abierto y consumir únicamente el pescado de las granjas.
Historia de la AcuiculturaEl tema de la acuicultura es muy antiguo. a.C. En el año 2000 se cultivaban varios peces en las charcas de China. Unos años después se escribió el primer libro sobre el crecimiento de los peces. En este libro se hacía mención especial a la carpa. Sin embargo, la tecnología de la época no se puede comparar con la actual, era muy sencilla. Los peces se poseían en las charcas, de forma que se podían tomar según se necesitaban. También los romanos cultivaban algunas especies (anguila, ostra). En la Edad Media, a los lados de los monasterios crecían peces. El control de ciclo de vida completo de la carpa, por ejemplo, se obtuvo en la Edad Media. Poco después se consiguió el de la trucha, con lo que el crecimiento de los peces marinos se ha ido desarrollando progresivamente. El cultivo de moluscos tiene una larga historia, pero es en los últimos 50 años cuando más se ha desarrollado, sobre todo en Japón, Estados Unidos, Francia y Galicia. La cría de mejillones comenzó como consecuencia del accidente de un barco, el XIII. En el siglo XX. Desde entonces, los mejillones se comenzaron a producir en tablados situados en la zona intermareal. El primer vivero se instaló en Galicia, en Villagarcia, Arosa, y en la actualidad Galicia es el mayor productor europeo de mejillones. El crecimiento del bogavante en el siglo XIX. Comenzó en el siglo XX y fue el principal impulsor de los trabajos realizados por el investigador Fujinaga. De hecho, los adultos lograron la puesta fuera del medio natural y el crecimiento de las larvas. Los procedimientos entonces utilizados fueron ampliamente extendidos en años posteriores. |
Los únicos productos marinos no son los peces, y la acuicultura no excluye las algas, mejillones y mariscos. Aunque los animales que más crecen en el mundo son peces, el cultivo de moluscos es el más extendido en Europa. En la cocina europea las algas no se utilizan con frecuencia y la mayoría de las algas que se recogen se utilizan en la industria farmacéutica y alimentaria, pero en Asia la situación es muy diferente y el cultivo de algas será una actividad futura. Actualmente en Asia se producen aproximadamente 2,5 millones de toneladas de algas.
Aunque no es habitual, hay otra producción: la de la ostra perlada. Se produce en el Golfo Pérsico y en las islas del norte del Pacífico para el disfrute de los ricos.