Leire Larizgoitia es física de los neutrinos Arcocha, aunque cuando comenzó a estudiar física no sabía que había partículas llamadas neutrinos. Recuerda que en segundo de bachillerato hubo un buen profesor de física: “Además de explicar la teoría, hacía experimentos y se le entendía muy bien todo. Un día le dije que quería estudiar física y me dijo que la carrera de los físicos era muy difícil. Sin embargo, entré y sí, es verdad que es difícil ser físico e investigador, pero estoy muy a gusto”.
Confesó que en tercer curso había una asignatura de física de partículas, y entonces se aficionó por completo. “Así que en tercero fui al CERN a hacer las prácticas de verano (Suiza) y allí me di cuenta de que eso era lo que yo quería hacer: investigar los neutrinos de forma experimental”. El CERN es un laboratorio de referencia internacional, y en este sentido, según Larizgoitia, fue una gran experiencia: “Había gente de todo el mundo, cada uno con su cultura y pensamiento, y todos hablábamos inglés, pero todos aprendíamos de todos. Fue muy enriquecedor y me abrió muchas puertas”.
Una vez finalizado el grado, se trasladó al DIPC para realizar las prácticas de verano (San Sebastián) en el grupo de los neutrinos, donde comenzó a trabajar. Después de un master en Valencia, regresa al grupo de los neutrinos del DIPC para realizar su tesis.
“Somos un grupo experimental, así que tenemos varios experimentos. Uno de ellos es el NEXT, detector de neutrinos en Canfrance, y yo estoy realizando la tesis en el proyecto GanESS (Gaseous detectors for neutrino physics at the ESS). Nuestro objetivo es construir un detector de neutrinos en el DIPC para su posterior envío a Lund (Suecia), el centro espacial ESS”, explica Larizgoitia. Dice que es bonito suponer que un detector desarrollado aquí será enviado a la otra punta de Europa para que sea utilizado por investigadores punta para investigar neutrinos.
Reconoce que tienen muchos retroactivos en el proyecto y que el camino no es correcto: “Pero eso ya lo sabemos, y además es una forma de aprender. En definitiva, lo que nosotros estamos haciendo nunca se ha hecho, así que estamos aprendiendo constantemente”.
Por otra parte, comenta que el ambiente del laboratorio es muy bueno. Trabajan con personas de otras disciplinas como ingenieros, empresas… “Las personas que trabajamos en la experimentación eso es bueno: no es un trabajo individual, colaboras con otras disciplinas”.
Por último, recuerda que cuando estudió el máster era la única chica y que, aunque no ha percibido discriminación, a veces falta tener más chicas a su alrededor. “Por suerte, cada vez somos más, poco a poco. Se agradece”.