“Está demostrado que la diversidad supone hacer mejor ciencia”
Aitzol García Etxarri, doctor en física, investiga en fotónica en el centro DIPC. En la universidad, sin embargo, no eligió la física, sino la ingeniería. "En Bachillerato me temía ser científico porque me parecía muy difícil. El profesor de Física, mis padres y los demás me decían que ser investigador era duro, no técnicamente, sino porque había poco trabajo y dinero en este campo. De hecho quería estudiar matemáticas, pero me recomendaron hacer ingeniería. Que aprendería mucho de matemáticas y física, y que tendría la oportunidad de tocar ahí, y que, al mismo tiempo, como ingeniero podría hacer un trabajo normal y conseguir dinero", ha recordado.
Así empezó a estudiar ingeniería. Sin embargo, en el último año le tocó trabajar y se dio cuenta de que no quería seguir trabajando. Por el contrario, le gustaba mucho la física, por lo que cuando se le podía ir a EEUU para hacer el proyecto fin de carrera, no lo desaprovechó: "Era para trabajar en física experimental, con láser y así, así que imagina qué ilusión! Luego es cierto que no encontré mi sitio. Tuve la oportunidad de doctorarme en la Universidad Estatal de Colorado, pero renuncié y volví a San Sebastián".
Volvió atendiendo a "Tripei" y, a través de un amigo, conoció en la calle al que sería el director de su tesis: "Así, se me abrió un nuevo camino para hacer el doctorado en física en el DIPC". Y ahora sigue investigando.
Pidiendo que su trayectoria se centre en lo mejor y lo peor, no ha dudado con lo primero: la mejor experiencia para ser científico. "Ser científico no es sólo hacer ciencia. También es un montón de viajes, congresos, postdoctorales, estancias... Y eso supone conocer otras culturas y entornos y, sobre todo, conocer a fondo a gente superinteresante", explica García-Etxarri.
Lo peor, como para muchos, es la precariedad. "Yo ya me he estabilizado en Donostia gracias a DIPC e Ikerbasque. Pero en algunos momentos de mi vida no he sabido si iba a tener trabajo y sueldo el próximo mes".
El beneficio de la diversidad
De vuelta a los aspectos positivos, García destaca el beneficio de la diversidad de grupos de investigación: "Está demostrado que la diversidad en los grupos de trabajo ayuda a que la ciencia esté mejor. Yo lo vi en EEUU. Hice mi sucesor de doctrina en la Universidad de Stanford y desde el primer momento me di cuenta de que los grupos de trabajo tienen una diversidad mucho mayor que aquí, no sólo en lo que a género se refiere, porque eso se ve muy fácil, desde el punto de vista de la orientación e identidad sexual, desde el punto de vista de la raza, la cultura, la religión... Y vi que una musulmana, por ejemplo, respondía muy de otra manera ante un fracaso. Yo, por ejemplo, mientras me quedaba abatido, él aceptaba".
Ha explicado que en EE.UU. las políticas de promoción de minorías en la ciencia tienen desde hace tiempo. También aquí se están dando grandes avances en género, poniendo como ejemplo el DIPC. El Plan de Igualdad ya está en marcha y el propio García-Etxarri será el coordinador en materia de diversidad.
Antes, el año pasado organizó un acto en la ciencia para celebrar el día del orgullo. A pesar de su iniciativa, fue patrocinada por el DIPC, CFM y Nanogune, y la gente lo recibió muy bien: "Este año también lo haremos, porque es muy necesario. Hay que ofrecer a los jóvenes modelos y crear entornos respetuosos para que todos se sientan aceptados".
Nació en Pasai San Pedro en 1981. Estudió Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad de Navarra (Tecnun). Tras doctorarse en nanociencias bajo el auspicio de Javier Aizpurua y Pedro Miguel Etxenike en el DIPC y en la UPV, pasó cuatro años como investigador postdoctoral en la Universidad de Stanford. En 2014 regresó al DIPC gracias al programa "Fellows Gipuzkoa" de la Diputación Foral de Gipuzkoa. En la actualidad, Ikerbasque Research lidera su equipo de investigación como fellow en el DIPC en el campo de la nanofotónica.
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