Pasión por los murciélagos
Estamos en el año del murciélago. El Año Internacional del Murciélago 2011 y 2012 se ha declarado impulsado por la Convención de Especies Migratorias de la UNEP y la organización EUROBATS, celebraciones que tienen por objeto convertir a los destinatarios de la designación en protagonistas. De hecho, los murciélagos son las especies de mamíferos que habitamos en el planeta Tierra más desconocidas para el ser humano, y según han señalado los organizadores del año, los más “perseguidos”.
Los informes publicados para el año del murciélago han alertado de que cerca de la mitad de las 1.200 especies de murciélagos que conocemos corren peligro y, como es costumbre, el ser humano es la principal amenaza de los murciélagos, identificando la pérdida de hábitat y la captura para comer.
Los organizadores quieren aprovechar estos dos años para impulsar la conservación y la investigación, y con ello prestar especial atención al conocimiento, ya que desde el mismo nombre que hemos dado a los murciélagos en diversas lenguas se ve que los murciélagos no sólo deben enfrentarse a la falta de conocimiento sino también a las convicciones y prejuicios humanos.
Son los únicos mamíferos voladores que constituyen casi la cuarta parte de las especies de mamíferos. Y también ofrecen servicios beneficiosos para el ser humano: evitar plagas ingeriendo insectos o ser polinizadores. En algunos lugares, los murciélagos también han sido capaces de atraer un turismo excepcional. Sin embargo, reciben una protección menor de la que necesitan y en algunas regiones del mundo se encuentran en una situación muy precaria.
En este número nos adentramos en el mundo de los mamíferos voladores de la mano de tres investigadores que han convertido a los murciélagos en pasión y oficio: Paul Racey, uno de los mayores expertos del mundo; Joxerra Aihartza, que se ha convertido en referencia a partir de la investigación del murciélago en Euskal Herria; y Egoitz Salsamendi, el alumno más destacado del Aiartza que los murciélagos han llevado hasta Panamá. No hay mejor embajador que su pasión para conocer murciélagos y superar prejuicios.
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