Será el 12 de noviembre. El módulo Philae de Rosetta se suelta de la sonda y aterriza en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimen. Se producirá a unos 450 millones de kilómetros de la Tierra y conducirán el aterrizaje desde el centro ESOC de la ESA, como camino de 10 años. La misión no terminará ahí, pero será el último hito de la hazaña técnica. Antes, el hombre nunca ha enviado una misión a investigar un cometa, y mucho menos a aterrizar en un cuerpo tan pequeño.
Si Phila consigue aterrizar en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimen, una de las personas que sentirán una alegría especial será el ingeniero tolosarra Ander Martínez de Albeniz. De hecho, forma parte del equipo que dirige la trayectoria y las maniobras de Rosetta: realiza labores de traductor; su función es traducir las órdenes al lenguaje que Rosetta comprenderá. Trabajar para la ESA ha sido “hacer realidad el sueño” para Martínez de Albeniz y ser parte de una misión tan especial “emocionante”. A medida que se acerca el día de la toma de tierra, se declara “nerviosa” y en la entrevista concedida a la revista Elhuyar dice que si sale bien “algo que recordará toda la vida”.
Si sale bien, Phila aterriza en la parte más científica de la misión. Recogerá y enviará información sobre la composición del cometa a la Tierra. Por su parte, Rosetta seguirá el cometa en su camino hacia el Sol y permitirá a los científicos ver de primera mano cómo cambia la actividad del cometa. La cometa estará más cercana al Sol en diciembre de 2015. Ese será el último de Rosetta.
Además de los ingenieros de la ESA, todos podremos ver aterrizar a Philae, ya que la cámara de Rosetta seguirá todo su recorrido y realizará fotografías. Yo, al menos, no haré otro plan para el 12 de noviembre. Para la espera, además de la entrevista comentada, encontraréis en las páginas interiores nuestra selección de fotografías realizadas por Rosetta a 10 años de camino, que superan los 6.000 millones de kilómetros.