Elhuyar Ahokularitza
Hablar de igualdad y ciencia nos habla de la aportación de las mujeres a la ciencia, de la incorporación de la dimensión de género en la ciencia, de la distribución en las vocaciones científicas, del papel y el lugar de las mujeres en el ámbito de la ciencia y la investigación, de los recursos que las mujeres tienen para investigar, etc. Son muchos elementos y, en todos ellos, los datos indican la desigualdad.
Si la mitad de la sociedad no está bien representada en la generación de conocimiento, ¿se puede hablar de excelencia? Los participantes trataron de responder a ello.
Elena Aldasoro es directora e investigadora del área de Dependencia del Departamento de Sanidad. Aldasoro ha investigado los infartos y demostró que, al tener menos riesgo de sufrir un infarto que los hombres, las mujeres corren más riesgo de morir por culpa de la infarto. La investigación ha permitido tener en cuenta el sexo y la edad en las investigaciones. Afirmó que es imprescindible integrar la perspectiva de género en todas las etapas de la investigación. Es más, afirma que por no tenerlo en cuenta en la dimensión de género, “la medicina aplicada a las mujeres no está basada en la evidencia científica tanto como en los hombres”.
Posteriormente, Ainhoa Madariaga dio cuenta de la situación de Ikerbasque. Ikerbasque es una organización basada en la excelencia que cuenta en la actualidad con 177 investigadores de alto nivel, de los que sólo el 19% son mujeres. Lo mismo ocurre en el programa de jóvenes investigadores, menos mujeres se presentan a Fellow. La situación les preocupa y empiezan a tomar medidas. Por ejemplo, se está introduciendo la perspectiva de género en los criterios de evaluación de los currículos. Madariaga reconoció que la situación es “grave”, que el problema es estructural. Así, tienen grandes dificultades a la hora de compaginar la definición de excelencia con la perspectiva de género. Acabó su hueco con un punto de desesperación.
Y de la desesperación partió Ainhoa Larrañaga, profesora e investigadora de HUHEZI. Expuso su experiencia personal. Señaló que su condición de investigador y madre le había ocupado como una “carga”. En aquellos que ha intentado cambiar las cosas y poner en marcha acciones positivas, también se encontró con un desierto. Como cooperativa, señaló además que ha visto numerosas contradicciones. En el caso de Mondragon Unibertsitatea, por ejemplo, solo un centro tiene en marcha un plan de igualdad, la facultad de Empresariales.
Teresa Nuño habló a continuación. Es director de Igualdad de la UPV/EHU y en la didáctica de las Ciencias el género y la ciencia son su centro de interés y su centro de trabajo. I de la UPV/EHU. Dentro del Plan de Igualdad se dio a conocer el diagnóstico de la participación de mujeres y hombres en el ámbito de la investigación. Según Nuño, la situación de la UPV/EHU, a pesar de que en general la participación entre mujeres y hombres no es muy desigual (en torno a 10 puntos), coincide con la de otros ámbitos: se produce una separación horizontal entre mujeres y hombres (por áreas de investigación) y una separación vertical (por puestos de responsabilidad). En cuanto a las medidas de compatibilidad, Nuño planteó dudas sobre este tipo de medidas. Así, por ejemplo, las medidas de conciliación de la vida laboral y personal son solicitadas únicamente por las mujeres y se pueden convertir en herramientas para reproducir roles tradicionales de género. En ese sentido, reivindicó que la conciliación debe ser en primer lugar la corresponsabilidad.
El primer tema del debate lo sacó Aldasoro. Señaló que en los puestos de responsabilidad hay que romper con los modelos masculinos. Larrañaga destacó en la misma línea que, aunque en HUHEZI las mujeres ocupan puestos de responsabilidad, la situación no ha mejorado. Los ponentes concluyeron que los cambios tienen que ser estructurales, y que la competencia para llegar a un puesto de responsabilidad tiene consecuencias muy negativas para la igualdad.
Los asistentes tuvieron la oportunidad de expresar su visión. Al tratarse de mujeres jóvenes investigadoras, se afirmó que lo expuesto en el programa se corresponde con lo que ellas mismas viven. Junto a ello, dejaron claro el deseo de cambiar las cosas. Dicen que hay que redefinir la excelencia, y no sólo en relación a la igualdad, sino más general.
De la mesa redonda salimos afirmando al menos dos hipótesis: por un lado, que sin igualdad la excelencia no es posible en la ciencia, y por otro, que la ciencia está lejos de la igualdad. Nuño destacó que la única manera de que las mujeres triunfen en la ciencia es cambiar la definición del éxito. Larrañaga advierte, sin políticas activas, que difícilmente se alterará el actual desequilibrio. Nuño recordó que tenemos herramientas a utilizar porque ofrecen posibilidades para profundizar en la igualdad: Ley Española de la Ciencia y Ley Vasca de Derechos Humanos para la Igualdad de Mujeres y Hombres.
El problema no se limita a Euskal Herria, hablamos de un fenómeno global. El informe SHE FIGURES nos da a conocer las diferencias institucionales existentes. En el ámbito de la investigación, se han comenzado a dar pasos para cambiar la situación, como lo demuestra el movimiento “Novedades de género” (gendered innovations) liderado por la historiadora científica Londa Schiebinger de la Universidad de Standford. Se trata de un proyecto desarrollado conjuntamente por especialistas en ciencias naturales, ingeniería y género de diferentes países. El objetivo principal de este proyecto es “ampliar el poder creativo del análisis sexual y de género para nuevos descubrimientos”. Es posible que a partir de ese camino no tengamos que preguntarnos en el futuro ¿Es posible la excelencia en la ciencia sin igualdad? ".