Como cada cuatro años, los Juegos Olímpicos han llegado y el mundo, al menos el mundo del deporte, casi se parará. Ha llegado el momento de alcanzar los sueños y/o objetivos de muchos deportistas, entrenadores, directores federativos, políticos y empresas. Y con ese momento, convertir el sueño en éxito o en derrota. Pero con ese fracaso no sólo van a perder los sueños: a los deportistas y entrenadores quizás se les cerrarán las puertas del futuro, a los directores de las federaciones les desaparecerá el periodo de honor, a los políticos les llegará el momento de justificar el gasto del dinero, y muchas personas pueden cuestionar la grandeza de la patria.
¿Por qué empezar así un artículo sobre la lucha contra el dopaje y los Juegos Olímpicos? Hoy en día, en muchos deportes, la imagen principal son los Juegos Olímpicos, y en general la imagen que vemos es muy polar: el éxito o el fracaso. Éxito en número de medallas. Quizá también se tienen en cuenta los diplomas olímpicos, pero todo lo que se consigue a partir de ahí es un fracaso para la mayoría de la gente, sin tener en cuenta lo difícil y duro que es llegar a los Juegos Olímpicos. Y ahí empiezan los problemas, o al menos algunos se preguntan: ¿soy capaz de hacer cualquier cosa por tener éxito?
--> El pasaporte biológico estará vigente en los Juegos Olímpicos de Londres.
Si hoy en día hiciéramos una encuesta en la calle para preguntarnos qué es el dopaje, en gran proporción, se extraería que se trata de una sustancia o método anti-salud. Pero no es lo que está en las bases. El Código de la WADA-AMA (Agencia Internacional Antidopaje) define el dopaje como: "Doping is defined as the occurrence of one or more of the anti-doping rule violations set forth in Article 2.1 through Article 2.8 of the Code". Es decir, ir en contra de una normativa. Sin embargo, en los artículos 2.1 a 2.2 no se contempla la presencia de sustancias y/o métodos que protejan la salud o pongan en peligro la salud, a pesar de que una de las causas de inclusión de ciertas sustancias en la lista de sustancias prohibidas sea la de su posible afección a la salud. Y con esto no quiero negar que hay sustancias y/o métodos que ponen en peligro la salud y, por tanto, la vida, sino que la salud no es la única razón, quizás no la principal.
Entonces, ¿por qué es necesaria la lucha contra el dopaje? ¿O no es necesario? ¿Dónde está el antiguo "espíritu olímpico"? Como hemos visto en los Juegos Olímpicos anteriores, el más importante de los Juegos de Londres es el espectáculo. El espíritu olímpico, la amistad de la juventud y la sociedad, la capacidad de lucha, la amistad, etc., han quedado en un segundo plano. Lo más importante son los resultados deportivos, tanto las medallas como las marcas. Y esto no sólo ocurre en los Juegos Olímpicos, ya que en algunos deportes es algo cotidiano. Pero en la mayoría de los deportes los Juegos Olímpicos son la pantalla principal de cuatro años en la que se ponen en juego el dinero y las ayudas de otros cuatro años. Y entonces se pone sobre la mesa la pregunta de siempre: si son profesionales o viven como profesionales, ¿no son libres para saber qué coger? ¿Por qué no la barra libre?
Y la verdad es que no es una pregunta fácil de responder. La tecnología ha ayudado mucho en muchos deportes, pero al mismo tiempo ha marcado una diferencia enorme en la igualdad deportiva: quien tiene dinero consigue la última tecnología y quien no tiene se queda en desventaja. Si se permite, ¿por qué no ver los medicamentos o sustancias como "tecnología"? Es una pregunta diaria en el trabajo diario de los médicos deportivos. Y como he dicho antes, no penséis que es fácil contestar, sobre todo si el planteamiento antidopaje es sólo salud. Todas o casi todas las sustancias utilizadas en el dopaje son medicamentos. Medicamentos para el tratamiento de enfermedades con todas las autorizaciones de los Ministerios de Sanidad de cada territorio. Entonces, ¿realmente son sustancias nocivas? ¿Cómo es posible que los medicamentos que damos los médicos a la población sean perjudiciales para los deportistas? Por otro lado, los deportistas de alto rendimiento suelen tener más controles médicos que cualquier persona para saber si un "medicamento" les perjudica o no. Además, muchos deportistas de alto nivel son trabajadores en su profesión y ¿por qué no colaborar para mantener su salud y rendimiento? ¿No se administran medicamentos para volver al trabajo lo antes posible? ¿Se tiene realmente en cuenta la salud del futuro?
Llegados a este punto y cuando se pregunte si la lucha contra el dopaje es necesaria o no, la respuesta tiene que venir por otra vía. Por un lado, como médicos, al utilizar una sustancia habría que tener en cuenta tres palabras: el uso, el uso excesivo y el mal uso. En mi opinión, teniendo en cuenta la salud y analizando bien las causas del uso de los medicamentos, es necesario poner límites para que este mundo no esté regulado por la ley de la selva.
Pero, por otro lado, no se puede olvidar que dentro de la igualdad deportiva antes mencionada, son necesarias normativas para mantener un equilibrio entre todos. Si no, los que pueden conseguir la tecnología más avanzada en sentido amplio tienen grandes posibilidades y no dejan ninguna opción a los demás.
Por todo ello, la lucha contra el dopaje es imprescindible, pero valorada desde otro punto de vista. Reconozcamos que el dopaje no es más que una trampa y que hay sanciones cuando se vulneran las normativas. El problema surge cuando se ponen sobre la mesa medidas para controlar cuándo se vulneran las normativas. No tengo nada claro si cualquier vía es válida para el control. No sé si es la verdadera imagen de un deporte limpio.