Nafarroako Unibertsitateko irakaslea eta mikrobiologiako katedraduna eta Salud Global (Osasun Bakarra) liburuaren egileetako bat
La resistencia a los antibióticos es un problema global que afecta a la salud humana y animal y tiene que ver con la presencia de antibióticos en el medio ambiente. Esta interrelación es Salud Única o Salud Global (One Health).
En veterinaria, los antibióticos son indispensables para el tratamiento de enfermedades infecciosas, tanto en animales de producción (ganado, aves de corral, porcino...) como en animales domésticos. En algunos casos, los antibióticos se utilizan como medidas preventivas, sobre todo en la cría intensiva de animales, para ayudar a prevenir brotes infecciosos y reducir la proliferación de patógenos. Aunque está prohibido en Europa, en algunos países es frecuente administrar a los animales dosis bajas de antibióticos durante largos periodos de tiempo para favorecer su crecimiento y mejorar su eficiencia alimentaria. Por todo ello, el uso indiscriminado y abusivo de antibióticos en veterinaria implica el desarrollo de resistencias. Por tanto, el uso responsable de antibióticos en veterinaria es imprescindible: se debe elegir el medicamento adecuado, determinar la dosis adecuada y la duración del tratamiento. Además, como en medicina humana y veterinaria se utilizan antibióticos idénticos o similares, la resistencia a los antibióticos desarrollados en animales puede pasar a los humanos y viceversa. Por lo tanto, es de vital importancia utilizar un enfoque integral para abordar el problema en su conjunto.
Por otra parte, rara vez se tiene en cuenta que la “vida” de un fármaco no termina cuando es expulsado del cuerpo del paciente. Los restos de antibióticos procedentes de la producción animal, las excreciones y los residuos humanos y animales se acumulan en el suelo y el agua y los contaminan. Por ejemplo, los efluentes de las plantas de tratamiento de aguas residuales presentan concentraciones significativas de antibióticos, y los restos de antibióticos de estiércol contaminan suelos y acaban en los acuíferos utilizados para el riego y fertilización de cultivos. La presencia de antibióticos en medios naturales genera un entorno propicio para el desarrollo y reproducción de bacterias resistentes. Las bacterias son capaces de transferir sus genes resistentes a otras bacterias. Así, a medida que las bacterias resistentes se multiplican y se expanden en el medio, la resistencia aumenta.
La dispersión génica entre bacterias de origen animal y humano es preocupante desde el punto de vista de la salud pública. Para trabajar este aspecto es necesario elaborar normativas y actuaciones más rigurosas en la gestión de los residuos y elaborar una visión integral que analice los problemas desde su origen. En esta estrategia, la vigilancia y monitorización de la resistencia a los antibióticos humanos, animales y medioambientales es un aspecto fundamental. La investigación colaborativa interdisciplinar es fundamental para el desarrollo de nuevos medicamentos y tecnologías que tengan en cuenta la resistencia a los antibióticos. La búsqueda y potenciación de terapias alternativas puede ser también eficaz en humanos y animales. Elaboración de políticas y programas de formación conjuntos en medicina humana y veterinaria. En esencia, la solución del problema de la resistencia a los antibióticos pasa por la coordinación y colaboración de los profesionales de la salud humana, veterinaria y medio ambiente. La estrategia de Salud Única es la mejor manera de combatir la amenaza de resistencia a los antibióticos.