El otro día leí un artículo sorprendente y gozoso sobre el peso de la sombra. Hasta entonces no pensé que las sombras podían tener peso. Gracias a los físicos Celia González Sánchez y Javier Rodríguez Laguna, he descubierto que la luz, al sonar sobre un cuerpo, produce una presión de radiación sobre él. Si este cuerpo impide que la luz llegue a una superficie, es decir, si da sombra, ésta recibe menos presión. Es más ligero.
Para más detalle os recomiendo que leáis el artículo. Su título es “¿Cuánto pesa mi sombra?” y ha sido publicado en la plataforma The Conversation en la edición española.
Algunas palabras también tienen una sombra larga, pero pueden ser más pesadas o más ligeras dependiendo de su uso. En esta época del COVID 19, algunas palabras de gran prestigio se han estrechado por completo, vaciando de significado. Entre ellos se encuentran el genocidio, el apartheid y la violación. Algunos han distorsionado tanto el significado original que muchos que han conocido la verdadera sombra y la carga de estas palabras se han sentido ofendidos y dolidos.
La palabra endemia, término científico, parece menos manipulable. Se utiliza para indicar que una enfermedad infecciosa está arraigada en un lugar determinado. No indica la gravedad de la enfermedad. Por ejemplo, las cabezas de temporada, la malaria y el ébola, son las tres endémicas, aunque no se parecen entre sí, en el lugar y la forma, en la capacidad de no contagio, ni en la mortalidad.
Aunque últimamente el SARS-CoV-2 sigue generalizado a nivel mundial, en nuestro entorno, en los discursos de algunas autoridades y en muchos medios de comunicación, se está extendiendo durante el paso de la pandemia a la endemia. Dinamarca ha anunciado ya la finalización de la pandemia y ha cancelado todas las restricciones para hacer frente al COVID 19.
Sin embargo, algunos expertos han alertado del peligro de que la palabra pandemia quede oculta con términos de endemia o gripe. Y es que la pandemia no es sólo una palabra, sino que tiene mucho peso, ya que a ella se asocian estrategias, acuerdos y compromisos, tanto internacionales como locales. La endemia es mucho más leve, ya que no asume el peso de estas estrategias, acuerdos y compromisos.
El historiador de las plagas Jacob Steere-Williams ha recordado que el XIX. Los países colonialistas del siglo XX llamaban algunas enfermedades endémicas para subrayar que estas enfermedades se circunscribían a aquellos países oprimidos. Para dejar claro que eran ellos, no “los nuestros”. Un siglo después, sucedió lo mismo con el sida. Ya no llamamos pandemia porque no nos afecta, no es nuestro problema.
Hay otro término que indica adecuadamente el peso del SARS-CoV2: la sindemia. Esta palabra recoge la crisis sanitaria, social y ambiental que se trenzan en torno a este virus. Pero lo han dejado a la sombra. Parece demasiado pesado.