El 19 de marzo el satélite Swift de la NASA detectó la mayor explosión de rayos gamma jamás observada desde la Tierra. Se pudo observar a simple vista de la Tierra, aunque se produjo a unos veinte mil años luz. Esta explosión fue provocada por el colapso provocado por la muerte de una estrella masiva. Según algunos científicos, si hubiera ocurrido en medio de la Vía Láctea, habríamos visto desde la Tierra el brillo que brilla el Sol al mediodía.