El trabajo se ha basado en investigaciones in vitro lideradas por el doctor Joaquín Castilla y el investigador de Ikerbasque. “Hemos repetido en laboratorio cómo se replican los priones en animales, pero de una manera mucho más rápida y eficaz. En nuestro laboratorio hemos tratado de comprobar si esa supuesta resistencia de los conejos era cierta o no. El resultado ha sido sorprendente, ya que en el laboratorio se han utilizado priones de diversos orígenes (ovino, vacuno, porcino, etc.) y casi todos han creado un prión de conejo in vitro. Era la primera vez que se veía un prión de conejo”.
Tras la fase de laboratorio, el equipo del Dr. Castilla analizó la contaminación del producto obtenido in vitro en los conejos y a los 800 días de la inoculación se infectó un animal, que en cuatro años siguió siendo bueno para todos los demás. Inoculados en dos modelos animales, conejos y ratones transgénicos, se ha tardado un año en demostrar en el caso de los ratones transgénicos que el prión conejo es eficaz para transmitirlo a la misma especie, mientras que en el caso de los conejos se ha tardado un año y medio. Esta es la prueba definitiva del descubrimiento de un prión de conejo.
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Desde que la enfermedad de las vacas locas saltó a los medios de comunicación se ha tratado de saber cómo afectaría a otros animales y durante años se ha pensado que los conejos eran resistentes a la enfermedad de la encefalopatía espongiforme. Aunque no se entendía, los conejos fueron sometidos a numerosas inoculaciones experimentales con priones de distintas procedencias y no se enfermó conejo.
El descubrimiento del CIC Biogune fue publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Science —PNAS— el 12 de marzo.
Fuente: www.basqueresearch.com