No se puede confirmar la detección de la huella de las ondas gravitacionales

Galarraga Aiestaran, Ana

Elhuyar Zientzia

Analizados conjuntamente los resultados de la misión Planck y el experimento BICEP2, los investigadores concluyen que en estos datos no hay indicios de onda gravitacional asociada a la inflación cósmica.

Actualizado el 09/02/2015 con las declaraciones del cosmólogo de la UPV Jose Juan Blanco Pillado

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En la detección de Planck se ve la zona del BICEP2 delimitada entre puntos. - Ed. ESA/Planck

Desde que BICEP2 publicó sus resultados el año pasado, los científicos han estado esperando los resultados de Planck. De hecho, en marzo del año pasado tuvo lugar un gran revuelo la detección del telescopio BICEP2 en la radiación microondas de fondo. Parecía que se habían detectado restos de ondas gravitatorias posteriores al Big Bang. De hecho, se trataba de un determinado tipo de polarización, el denominado modo B, y se consideraba que la encontraron.

Entre los científicos, la noticia conmocionó mucho porque supondría una prueba de inflación cósmica y demostraría que 30 años antes la teoría propuesta por Alan Guth y Andrei Lind era correcta. Sin embargo, otros muchos tomaron la noticia con cautela y los investigadores de BICEP2 han reconocido que otro grupo debería confirmar la detección para darla por buena. De ahí la curiosidad de conocer los resultados de este estudio.

Y al final no han podido confirmar la detección del año pasado. Los esfuerzos se han centrado en diferenciar si la polarización detectada es debida a ondas gravitatorias o a polvo cósmico en la Vía Láctea.

BICEP2 se encuentra en el Polo Sur y recoge los datos en una única frecuencia de microondas, mientras que Planck se encuentra en un satélite y recibe los datos en nueve frecuencias. Además, es responsable de medir el polvo de la Vía Láctea. Además de los datos de ambos, en el estudio se han incluido los del telescopio Keck, al igual que el BICEP2, situado en el Polo Sur.

Por lo tanto, tras analizar todos los datos, se esperaba diferenciar el origen de las señales. Sin embargo, el estudio ha puesto de manifiesto que buena parte de la señal del BICEP2 es originada por el polvo. Sin embargo, el investigador de la UPV, José Juan Blanco Pillado, ha advertido que "esto no significa, en absoluto, que la teoría de la inflación sea errónea, sino que con los resultados actuales no se ha podido afirmar lo anunciado el año pasado".

 

Es más, para Blanco, buscar la huella de las ondas gravitacionales en el fondo de microondas sigue siendo "una buena idea". Otros grupos, como SPT, ABS, ACTpol y CLASS, así como los globos EBEX, SPIDER y PIPER, también están tratando de detectar la polarización como B.

 

De alguna manera, para ellos ha sido muy útil la curiosidad que ha suscitado en torno al tema. Al menos eso es lo que piensa Blanco: "Para la comunidad de cosmólogos ha sido una racha muy excitante, muy productiva para el sector. Nuestra esperanza es que uno de los grupos que tiene como objetivo detectar la polarización tenga éxito y pueda confirmar con seguridad la teoría de la inflación".

 

El propio Blanco ha reconocido que los resultados de las investigaciones han impactado enormemente: "He tenido grandes altibajos. Al principio me sorprendió muchísimo con los resultados del BICEP2. La señal detectada se encontraba entre los valores anunciados. Parecía que la naturaleza fue honesta con nosotros y que nos permitía demostrar fácilmente la inflación. Enseguida pasamos del susto al horror: si la señal es real, ¡nos abriría la ventana de entender los primeros momentos del universo! Esto duró poco ya que pronto se generalizó la sospecha de que podría ser debido al polvo. Lamentablemente, hemos visto que la sospecha era correcta, pero no he perdido la esperanza".

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