En las zonas controladas de la selva de Panamá, los árboles de crecimiento rápido están creciendo en detrimento de los árboles de crecimiento más lento.
Estos espacios, tan inaccesibles, se utilizan como control para investigar la evolución de las selvas expuestas al ser humano, pero han descubierto que la influencia humana también llega a esos rincones. Según los investigadores, la proliferación de dióxido de carbono en el aire ha provocado la proliferación de árboles de rápido crecimiento.