En muchos países se administra una triple vacuna a niños de 12 a 15 meses. Esta vacuna protege contra el sarampión, las semillas y la rubéola. Sin embargo, en Gran Bretaña se extendió la creencia de que estaba relacionado con el autismo o con problemas intestinales. Para comprobar y/o desmentir las sospechas, se ha llevado a cabo una exhaustiva investigación en el país y se han analizado los artículos que informaban de las consecuencias negativas de la vacuna.
El estudio ha dejado claro que las investigaciones descritas en los artículos estaban equivocadas, a veces no había grupos de control, otras veces el grupo investigado era demasiado pequeño... Sin embargo, la sospecha está muy arraigada y hay científicos que creen que se necesitan más investigaciones para asegurarse de que no provoca ningún daño.