Si se enciende el volcán encontrado en el Polo Sur, la capa de hielo local se derretiría.
Este volcán fue investigado en una obra de observación realizada en 1987 por Donald Blankenship. Su huella fue el rápido deshielo de una parte de la capa de hielo.
Blankenship formaba parte del prestigioso observatorio Lamont-Doherty, el más completo de aparatos y técnicas de la Tierra. El objetivo de las investigaciones era conocer con precisión la Antártica. Lo que en un principio era sólo intuición, había que demostrarlo, por lo que más tarde volvió a realizar las mediciones con su compañero Robin Bell. Se midieron la anchura y altura de los hielos, el campo magnético y la atracción gravitatoria del suelo de piedra, entre otros.
ParaBlankenship, si una capa de hielo se derretía más rápido que otra, era evidente que se debía a la existencia de una fuente caliente. Algunos investigadores no estaban de acuerdo con estos argumentos, pero en 1992 Blankenship demostró la presencia de un volcán en la latitud sur de 81° 52,6 y en la longitud occidental de 111° 18,1”. La anchura de la capa de hielo en esta zona es de 2.000 m y a la vista de los ojos no se observan grandes cambios de relieve. Pero gracias al radar se ha descubierto una montaña de 650 m de altura bajo el hielo.
Según las medidas magnéticas realizadas, se ha observado que el citado monte tiene mucha magnetita y que su presencia es característica de los volcanes. También se ha detectado un cono mediante medidas de gravedad. El diámetro del cono es de 6 km y la profundidad de 50 m. Allí el hielo se derrite sin interrupción.
Otras medidas han demostrado que el volcán proporciona una potencia de entre 10 y 50 W por metro cuadrado. Como esta potencia es 1000 veces mayor que la proporcionada por la corteza terrestre, se concluye que el volcán no está apagado y dormido.
Existen otros volcanes alrededor de la Antártida, pero éste ha sido el primero descubierto bajo el hielo.