En las gallinas la diferenciación sexual no se hace a nivel individual sino a nivel celular. A esta conclusión han llegado investigadores de la Universidad de Edinburgh, que han estudiado unas gallinas/gallos especiales que son la mitad y la mitad, unos individuos de gallo.
En los mamíferos, las hormonas sexuales guían la diferenciación sexual de todo el individuo, y hasta que se producen estas hormonas las células no comienzan a desarrollarse o las características de las hembras. Hasta ahora se pensaba que las aves tenían el mismo mecanismo, pero esta investigación ha demostrado que no, que en las aves cada célula sabe desde el principio, basándose en sus cromosomas, si es hembra o macho.
Así, en estas gallinas especiales analizadas se ha observado que no existía anormalidad cromosómica, es decir, que en la zona de las hembras predominaban las células femeninas normales y en la de los machos las células masculinas normales.
Además, posteriormente se analizaron los embriones de gallinas normales y se confirmó lo observado en los híbridos. De hecho, vieron que las células embrionarias de tan sólo 18 horas habían empezado a aparecer moléculas específicas al sexo. Y en el desarrollo de los embriones empiezan a aparecer hormonas sexuales mucho más tarde.