Salvemos el coral

El conflicto de diez años llega este verano al punto más duro para reunir a científicos de todo el mundo y tomar medidas para salvar a un deslumbrante arrecife coral cuando presionan al gobierno japonés. Las instituciones de protección de la naturaleza creen que esta presión puede empujar a que el gobierno japonés abandone sus planes para construir un aeropuerto cerca del arrecife de Xiraho. El arrecife Xiraho se encuentra en la isla Ixigaki, del sur de Japón.

Este problema servirá para demostrar la actitud de Japón hacia la ecología. Los interesados en salvar el arrecife han tomado como base un estudio realizado por la Unión Internacional para el Salvamento de la Naturaleza (IUCN).

Según el informe de la IUCN, es el arrecife más antiguo y mayor de coral azul (coérule Heliopora) de la iparremisfera y su valor científico es incalculable. Los científicos han encontrado 130 especies diferentes de coral.

Las arcillas y tierras que se arrojan al agua en las obras de construcción son asesinadas por los corales y así ha ocurrido en los alrededores de Xirahoko. El riesgo del arrecife Xiraho es la nueva pista aeroportuaria que se quiere realizar. Además, quieren hacer la pista porque se quiere traer más turistas a visitar el arrecife.

El gobierno local y dos tercios de la población han presionado a favor del nuevo aeropuerto desde los años 70. Según ellos, el aeropuerto actual está desbordado y además es peligroso. El nuevo aeropuerto podría aceptar los grandes aviones procedentes de Tokio.

Los pescadores locales se han enfrentado desde sus inicios al nuevo aeropuerto, ya que consiguen su vida desde la pesca de peces que viven en el arrecife.

Influenciada por la presión ecologista y pesquera. Y es que ahora quieren hacer el aeropuerto 5 km al norte de lo que se pensaba. Las autoridades locales consideran que la nueva ubicación evita los riesgos de deterioro del arrecife.

Según los ecologistas, los trabajos necesarios para colocar el alumbrado de la pista se realizarán únicamente a 300 m del arrecife. El polvo generado durante el proceso de construcción puede matar a los corales, ya que impide que la luz necesaria para vivir llegue hasta ellos. Así lo dice el estudio realizado por François Doumenge del Instituto de Oceanografía de Monaco.

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