Aves y murciélagos no vuelan del mismo modo. Por ejemplo, el movimiento ascendente que realizan al agitar las alas es diferente; las aves utilizan plumas para no tener resistencia al aire, y los murciélagos, al no tener pluma, tienen que colocar las alas en posición vertical en el movimiento ascendente. No es una solución muy aerodinámica, pero tiene la ventaja de maniobrar con facilidad a baja velocidad. Algunos físicos de la Universidad Lund de Suecia han descubierto por qué.
El secreto está en los remolinos que provocan las alas. El torbellino que genera cada ala del murciélago al moverse hacia arriba apenas afecta al otro. De alguna manera, las alas funcionan solas, lo que hace que la capacidad de maniobra sea muy elevada. Las aves, sin embargo, vuelan coordinadas por ambas alas, que desde el punto de vista aerodinámico crean un patrón de remolinos muy eficaz, pero que no pueden maniobrar con tanta facilidad.
Para detectar turbulencias, los físicos de la Universidad Lund han utilizado un túnel de viento y una niebla. En el túnel de viento se ha instalado una pequeña fuente que vierte miel y se han medido los murciélagos mientras comían miel. Los expertos aseguran que la forma de volar de los murciélagos es similar a la de las abejas, pero, claro está, no es por el tema de la miel; todos los murciélagos vuelan de esa manera.