Dos trabajos publicados en la revista Nature (1, 2) aclaran que algunos ARNs circulares, hasta hace poco casi desconocidos, participan en la regulación de los genes. Actúan como “esponjas” que son absorbidas por el modulador denominado microRNA.
En las dos últimas décadas han aparecido muchos nuevos tipos de ARN, pero casi siempre lineales. La aparición de ARNs circulares en plantas y animales ha sido considerada como un error experimental o genético. Las técnicas de secuenciación convencionales buscan algunos de los “arcillas” característicos de la RNA, por lo que tampoco ha contribuido a localizar los ARN circulares. Pero las nuevas técnicas de secuenciación han ido apareciendo cada vez más. Y el año pasado, investigadores de la Universidad de Stanford publicaron su abundancia humana.
Ahora, investigadores del Centro Max Delbrück de Berlín y de la Universidad Aarhus de Dinamarca han estudiado un ARNA circular de 1.500 nucleótidos y han visto que el miR-7 r-7 microRNA. Las moléculas de microRNA bloquean los genes, por lo que el ARN circular bloquearía el bloqueante. Sin embargo, los investigadores creen que esto no es más que un ejemplo, y que al existir tantos ARNs circulares pueden tener otras muchas funciones.