En Turkmenia, en el desierto asiático de Kara Kum, la república soviética está disminuyendo espectacularmente el número de serpientes. En esta república soviética las serpientes se cazan para desvenenar y es una de las principales fuentes de veneno.
En palabras de Ovez Sopyev, responsable del departamento de Herpetología del Instituto Agrícola de Turkmenia: El veneno de serpientes vale varias veces más que el oro. Un gramo es suficiente para elaborar once toneladas de productos farmacéuticos.
Las capturas de serpiente en zonas reproductoras realizadas en los últimos años han puesto en peligro su supervivencia.