La Universidad Mendeleev de Rusia ha desarrollado una pintura que cambia de color al aumentar la temperatura. La pintura resiste temperaturas entre 100 y 1000 grados sin deteriorarse y se adhiere a casi cualquier material. Cambia de color cada 10 grados y mide la temperatura con una precisión de 6 grados. Según los investigadores, la pintura será muy útil para medir la resistencia térmica de máquinas o aparatos. En la actualidad esta operación se realiza mediante termopares, pero cuando las superficies son grandes o móviles hay dificultades.