Bajo el nombre de PFAS hay un amplio grupo de sustancias, más de 14.000 compuestos. Son muy utilizados en la industria y en muchos productos de consumo habitual, como utensilios de cocina impermeables, envases para alimentos y tejidos impermeables. Estas sustancias son muy persistentes en el medio ambiente y pueden ser tóxicas y peligrosas para la salud. Por ello, en algunos países está prohibido el uso y la producción de algunos PFAS y muchos países tienen regulados los niveles PFAS que pueden contener agua potable.
En este estudio se han medido niveles PFAS en 12.000 muestras de aguas superficiales de todo el mundo y en 33.900 muestras de aguas subterráneas, observándose que un alto porcentaje supera los valores de referencia. Esta proporción varía según la regulación considerada. Por ejemplo, el 69% de las muestras de aguas subterráneas sin fuentes de contaminación conocidas superan el límite establecido por Canadá, proporción que desciende al 6% si se tienen en cuenta los criterios establecidos por la Unión Europea.
Por otra parte, el estudio ha puesto de manifiesto que los actuales programas de monitorización de PFAS desprecian el grado de contaminación de estas sustancias debido a la limitada cantidad de PFAS que habitualmente se estudian en dichos programas. Así, es muy probable que la contaminación real de los recursos hídricos globales sea superior a la actualmente documentada.