La Universidad de Florida ha desarrollado recientemente el primer método válido para medir la temperatura de los cuerpos de especies vertebradas extinguidas. El descubrimiento, analizando el carbono y los isótopos pesados de los fósiles, permitiría a los científicos determinar con mayor precisión si estos animales eran de sangre caliente o fría, por ejemplo. Al mismo tiempo, podrían obtener una mejor estimación de las temperaturas ambientales de las épocas en que vivían los animales caducados.
El nuevo método utiliza los isótopos carbono-18 y oxígeno-18 de los dientes, huesos y cáscara de los vertebrados caducados. Cuando el mineral denominado bioapatita se genera en dientes, huesos o conchas, estos dos isótopos tienden a unirse. Pero el calor dificulta este proceso. Así, cuanto más baja es la temperatura, mayor es la proporción en que se asocian. Midiendo la aglutinación con suficiente precisión, los investigadores podrían calcular la temperatura a la que se originó un mineral. Y en el caso de los dientes y huesos, conocerían la temperatura corporal del organismo.
De momento, el método ha sido probado con especies vivas actuales, con un elefante indio y un cocodrilo del Nilo. Según los investigadores, han calculado sus temperaturas con un margen de error de uno o dos grados.