John Ford, patrón de los mamíferos marinos del Aquarium Público de Vancouver, asegura que las orcas hablan tanto en “lenguaje” como en “dialectos”. Las diferencias entre los distintos lenguajes pueden ser similares a las existentes entre el inglés y el japonés.
Los lenguajes se dividen en txistus y llamadas utilizadas para la comunicación submarina. Los “clicks” de gran energía como el sonar emitido por la orca en su navegación por el eco son muy diferentes entre sí.
Aunque las orcas se encuentran en la mayoría de los mares, las mayores concentraciones se dan en lugares fríos como Islandia o Canadá.
Ford, en el mar del norte del Estado de Washington, ha investigado 350 orcas. Estas orcas están repartidas en dos comunidades que viven en zonas muy cercanas.
La comunidad que vive hacia el norte está formada por 16 grupos familiares que viven desde el norte de la isla de Vancouver hasta Alaska. La Comunidad más meridional está formada por tres grupos que viven desde el sur de la isla de Vancouver hasta Grays Harbour.
Muchos de los sonidos que emiten estos animales están a las puertas de los que pueden recibir oídos humanos. Por lo tanto, es posible grabar estos sonidos. Para ello, en un lateral del barco se sitúa un micrófono. Los sonidos recibidos son amplificados y posteriormente grabados.
Ford, tras investigar los sonidos grabados, afirma que cada grupo de orcas realiza normalmente 12 llamadas diferentes. Ford sabe que las llamadas de orcas, las de ballenas y las de delfines son diferentes. Además, cada grupo de orcas ha descubierto que tiene sus propios dialectos.
También está demostrado que los dialectos se transmiten de generación en generación. Según Ford “los cambios se producen muy lentamente y los dialectos tardan cientos de años en desarrollarse”. De aquí se deduce que algunos dialectos pueden tener miles de años”.
Lo que se conoce hasta ahora es muy poco, pero ¿hasta qué punto los lenguajes orquestales tienen cierta complejidad?