Parece que varias especies de pulpo de fondo marino se separaron de un solo antepasado hace unos 30 millones de años. Su pariente más cercano, el pulpo Megaleledone setebos, sigue vivo en el Océano Antártico y han encontrado algunos ejemplares de esta especie en el censo de seres vivos marinos que se están haciendo a nivel mundial (COML).
Los científicos que participan en el censo han tratado de explicar cómo se extendió a los océanos de todo el mundo el ancestro de los pulpos actuales. Parece que hace 30 millones de años la Antártida se enfrió y aumentó la capa de hielo. Cuando ocurre algo así, el agua dulce forma una capa de hielo y deja debajo el agua con altas concentraciones de sal y oxígeno. Al tener más sal, este agua se hunde porque es más densa.
Lógicamente, junto con el agua, los pulpos que allí habitaron se hundieron, y las corrientes del fondo marino hicieron que éstos se expandieran a las aguas del fondo marino de todo el mundo. Al aislarse en los nuevos asentamientos, evolucionaron hasta crear las especies actuales.
Por ello, se han realizado numerosos hallazgos en el citado Padrón. En el año 2000, 2.000 científicos de 82 países comenzaron a investigar los mares de todo el mundo. El censo está previsto que finalice en 2010, pero el trabajo realizado hasta la fecha se ha dado a conocer en la Conferencia Mundial sobre la Biodiversidad Marina celebrada en Valencia en noviembre.