La obesidad adquiere un carácter de epidemia en Europa

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Ed. Pixabay

El último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aporta datos sobre la obesidad en Europa. La epidemia ya ha adquirido un carácter en toda Europa, con un 59% de adultos y un 28% de niños y jóvenes que viven de la obesidad. Y advierte que se trata del continente con mayor tasa de obesidad en el mundo, con una sola excepción: América.

La OMS recuerda que está muy lejos de los objetivos de reducción de enfermedades no contagiosas fijados para 2025. Ha subrayado que la obesidad afecta al 13% de las muertes y aumenta considerablemente la probabilidad de padecer muchas enfermedades no transmisibles: cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas. La OMS recuerda que la obesidad es una enfermedad, no un factor de riesgo.

Concluye que el aumento de la tasa de obesidad ha sido también consecuencia encubierta de la pandemia del COVID-19: se han modificado los patrones de alimentación y actividad física, y la recuperación de los hábitos requerirá un esfuerzo específico.

Han propuesto medidas políticas para cambiar los factores estructurales de la obesidad: medidas fiscales (imposición de fuertes impuestos a bebidas azucaradas y subvenciones a hortalizas y frutas); limitaciones a la comercialización de alimentos no saludables para los niños; que la cobertura sanitaria universal haga un seguimiento permanente de la obesidad; que las madres den el pecho; que se aseguren las posibilidades de actividad física… Y ha recordado que es necesario un firme compromiso político para cambiar esos factores estructurales de la obesidad.

El compromiso con la alimentación en la infancia, clave

Los seres humanos desarrollamos nuestra adhesión a los hábitos de la infancia. Ed. Pixabay

Paralelamente, una investigación pone sobre la mesa los preocupantes hábitos de la juventud: el 70% de los adolescentes no come suficiente fruta y el 90% consume poca verdura (datos de Reino Unido). Además, no consumen suficiente lácteos, centeno integral, legumbres ni pescados. No sólo es insostenible para la salud, sino también para el planeta, según los investigadores de la Universidad de Birmingham.

Subrayan que la clave está en adoptar una dieta que garantice la salud del planeta, ya que esto traerá consigo hábitos de alimentación más saludables y una reducción de la obesidad. Y advierten de que los seres humanos desarrollamos nuestra adhesión a los hábitos de alimentación de la infancia. Por lo tanto, los patrones de la infancia condicionan toda la vida.

Situación en la CAPV

Save The Children ha publicado en un informe datos de la CAPV que no se aleja de los europeos. El 24,7% de los niños, niñas y jóvenes menores de 16 años vive de la obesidad, confirmando el efecto de la pandemia, que ya era del 75% quien comía diariamente una cantidad mínima de frutas y hortalizas, mientras que tras la pandemia era del 40%.

Por otro lado, se cuantifican otros efectos de la pandemia, como el aumento del tiempo de exposición a pantallas (el 28% dedica más de dos horas diarias) y la reducción del sueño (35 minutos menos de sueño). Los tres factores contribuyen al desarrollo de la obesidad.

Además, considera vulnerables a los niños criados en familias de renta baja. En el 30% de las familias de renta alta los niños, niñas y adolescentes no realizan actividad física regularmente, pero la tasa aumenta hasta el 70% en las familias de renta baja. Save The Children ha reafirmado la necesidad de medidas políticas para mejorar la salud infantil y juvenil.

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