¿De quién es la suciedad?

En el caso de que lleguen a nuestras costas petróleo de origen desconocido o que quieran vendernos cuadros o pinturas falsificadas, en ambos casos podremos seguir el rastro del culpable para el año 1995, cuando la empresa estadounidense Isotag espera que el marcador químico que utiliza el isótopo pesado del hidrógeno esté en el mercado. El deuterio se marcará utilizando en una proporción determinada cualquier gas o líquido y podrá identificarse mediante dicha proporción cuando sea necesario. Este nuevo sistema funcionaría de forma similar al código de línea utilizado en los supermercados.

Si llega a nuestras costas petróleo de origen desconocido o alguien quiere vender cuadros o pinturas falsificadas, en ambos casos podremos seguir el rastro del culpable para 1995.

Por ejemplo, para marcar el petróleo de un tanque bastaría con marcar uno de sus componentes. La empresa Isotag produciría unos pocos litros de este componente marcado y guardaría el dato en secreto. Sustituiría algunos átomos de hidrógeno de este componente de marcado por el deuterio. Una vez añadidos al petróleo del tanque, aunque éste aparezca en cualquier lugar, no habría ningún problema en identificarlo con exactitud.

¿Y quién necesita poder identificar su producto? ¿Qué empresa va a gastar su dinero en ello y por qué?

Pensemos que hay robos en una compañía petrolífera. No existe una forma concreta de localizar el petróleo. Pero si está marcado sí, por lo que la vía del robo y la aparición de los responsables será más fácil. El producto marcado se identifica mediante técnicas conocidas y relativamente comunes denominadas espectroscopía de masas y cromatografía de gases.

Otros usos propuestos. Una de ellas es la identificación de las obras de arte. Para una edición limitada de una litografía, por ejemplo, se puede marcar una de las tintas a utilizar y así poder distinguirla también de las falsificaciones y del original. La administración también puede establecer otros usos, como son los sistemas de control de vertidos nocivos. Para ello, debería imponer a las empresas que emitan productos nocivos e insalubres la obligación de marcar dichos vertidos y realizar un seguimiento a través de esta “marca”. Así no se podría decir “esa suciedad no es mía”. Sería entonces una prueba innegable de identidad y denuncia de quien supera los niveles aceptados.

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Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila