A menudo se suele decir que existe una relación entre la mente y el cuerpo y, por ejemplo, que la alegría de vivir nos protege de las enfermedades o que la propia conducta tiene una gran influencia en la evolución del proceso curativo. Ahora se ha demostrado que ciertos productos químicos que sirven para comunicarse entre las neuronas afectan al sistema inmune.
Investigadores de la Universidad de California han estudiado con ratones el neuropéptido que controla el ciclo del sueño. Este neuropéptido, además de cumplir las funciones neurológicas, ha detectado que afecta a los T-linfocitos del sistema inmune. La intensidad de la señal condiciona el equilibrio de dos tipos de linfocitos, y el desequilibrio produce enfermedades: el exceso de uno de ellos causa problemas autoinmunes, mientras que si el otro prevalece aparecen alergias. Sin embargo, los investigadores aún no saben hasta qué punto la incidencia del neuropéptido es tal que se puede utilizar neuropéptido para curar estas enfermedades.