La investigación está dirigida por John Capra, de la Universidad de Vanderbilt. En él se han comparado los datos de salud de 28.000 personas de origen europeo con los grupos de genes (haplotipos) procedentes de neandertales y se han publicado los resultados en la revista Science.
Según los investigadores, en primer lugar se han identificado 135.000 variantes genéticas o SNP de origen neandertal. Posteriormente, se ha buscado la forma en la que estos SNPs pueden actuar sobre la salud y así han podido comprobar que están estrechamente correlacionados con 12 enfermedades o alteraciones, entre ellas depresión, infarto de miocardio y problemas circulatorios.
Algunas de las relaciones encontradas han confirmado hipótesis ya existentes. Por ejemplo, sospechaban que los genes neandertales afectan a los queratinocitos. Estas células protegen la piel de las agresiones ambientales, como la radiación ultravioleta y los patógenos. El análisis actual ha demostrado que las variaciones de ADN neandertales incrementan la aparición de una enfermedad cutánea provocada por el sol, la queratosis, por la formación de queratinocitos defectuosos.
Otras relaciones desconocidas eran la relación entre una variante de ADN neandertal y la adicción a la nicotina. También se han encontrado variantes relacionadas con la depresión, algunas beneficiosas y otras perjudiciales.
Según Capra, en principio es posible que la herencia genética heredada de los neandertales resulte beneficiosa para las primeras poblaciones que salieron de África y se expandieron a Europa, pero hoy, con nuestro modo de vida y en nuestro entorno, se han vuelto nocivas. Un ejemplo de ello es la variedad neandertal que facilita la coagulación de la sangre. Sería beneficioso para cerrar las heridas rápidamente, pero hoy en día es perjudicial, ya que aumenta el riesgo de sufrir ataques cardíacos y embolias.
Escucha las explicaciones de Capra en el siguiente vídeo: ¿Aún humans connected to Neanderthals?