Bajo el liderazgo de la Asociación Europea para la Recuperación de la Naturaleza (SERE), 30 asociaciones y miles de científicos han firmado una declaración solicitando una ambiciosa ley de restauración de la naturaleza. Según ellos, la humanidad se encuentra en una situación de máximo riesgo (“código rojo”) en cuanto a clima y vida. La medida del reto requiere un aumento del esfuerzo y, aunque Europa tiene marcos legales más fuertes que otros territorios para la protección de la naturaleza, para responder a la gravedad de la situación, debe profundizar y agudizar.
En la Declaración se recogen metas concretas: lograr el máximo grado de explosión posible; incorporar nuevas leyes a la normativa preexistente; dar prioridad a determinados ecosistemas (humedales, bosques, pastos y áreas marinas someras); utilizar una metodología basada en la evidencia científica; hacer el campo de aplicación a escala paisajística; restaurar paisajes urbanos, agrícolas y mineros; asesorar a legisladores y profecedores; comprometerse a largo plazo; y asegurar la financiación de inversiones.
En el último punto se reclama también la prevención y la prevención de los daños derivados de las actuaciones ante la emergencia. Un ejemplo de ello es el uso de biomasa, que puede ser perjudicial para la biodiversidad y la introducción de forestal en terrenos escasos de materia orgánica.
Los firmantes afirman que con todo ello se conseguirá reducir las consecuencias de la emergencia climática y proteger la biodiversidad. Por ello, han llamado a la Unión Europea a actuar en este sentido.