Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona analizan en una amplia revisión los efectos de los nanoplásticos sobre los animales. La entrada al organismo se realiza por tres vías: la alimentación, el agua que se bebe y el aire que se respira. Todavía está en duda si pueden influir superficialmente. Parece que el 90% de los plásticos que entran en el organismo son expulsados a través del aparato excretor, pero los nanoplásticos permanecen en el organismo animal y diversas investigaciones han demostrado que los nanoplásticos alteran el microbioma del intestino animal.
No sólo los propios nanoplásticos, sino también los catalizadores, disolventes, estabilizadores, productos ignífugos y otros aditivos que se añaden a los plásticos durante el proceso de fabricación. Así, las investigaciones han demostrado que cuando los nanoplásticos entran en el organismo de los animales invertebrados y vertebrados y se adhieren al epitelio intestinal o pulmonar, activan sus células inmunes provocando reacciones inflamatorias locales o alterando la composición y funcionalidad del microbioma intestinal. Por otra parte, los nanoplásticos llegan a los vasos linfáticos y sanguíneos y penetran en la corriente sanguínea, pudiendo llegar a órganos endocrinos, hígado y riñones.
Por otro lado, se ha demostrado que la exposición continua a nanoplásticos puede provocar alteraciones en el comportamiento, tanto por la capacidad de los nanoplásticos de cruzar la barrera hematoencefálica como por el efecto directo del microbioma intestinal sobre el sistema nervioso.
Aunque no se ha hecho directamente con los seres humanos, estudios in vitro han revelado que los nanoplásticos pueden tener consecuencias en el interior de las células humanas. Una vez introducidas en la célula, pueden llegar al núcleo. Dependiendo del tipo de célula, a veces no se han observado efectos significativos, pero en células relacionadas con el sistema inmunitario, por ejemplo, se ha comprobado que se generan más especies reactivas de oxígeno y se producen daños en el ADN.
Los investigadores han reconocido que los efectos sobre la salud de la exposición a nanoplásticos se han evaluado principalmente en in vitro y moluscos, crustáceos y peces, pero también tienen claro que algunos de estos efectos pueden extrapolarse al ser humano. Para ello, se ha señalado la necesidad de realizar más investigaciones, sobre todo para identificar los mecanismos fisiológicos concretos que siguen en el ser humano. Revisión publicada en la revista Science Bulletin.