La UPV/EHU aclara la historia de los gigantescos amonios de Mutriku

Roa Zubia, Guillermo

Elhuyar Zientzia

Tras más de 40 años de trabajo en Mutriku recogiendo amonios gigantes, los fósiles del dúo Jesus Narvaez Amasorrain y Esperanza Azkarraga Larzaguren han llegado a la UPV. Los paleontólogos de la UPV/EHU están trabajando en las hipótesis que desvelan el misterio de los enormes amores de Mutriku.

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Gigantescos amonios aflorados en los acantilados de Mutriku. Ed. María Otamendi/Geoparque

Asier Hilario Orús, director científico del Geoparque de la Costa Vasca, ha mostrado su satisfacción por la investigación. Los amonites son espectaculares, oscilan entre 30 y 50 cm sobre el diámetro normal de 4 cm. Narváez y Azkarraga, Saturraran y Mutriku han estado recogiendo durante décadas enormes amonites, que han permitido a los científicos descubrir que en aquella zona y durante dos millones de años se habían formado grandes amonites.

“La colección es muy grande, de 150 fósiles. Pero no sabíamos su historia. ¿Por qué son gigantes en esa zona? En Ondarroa y Deba también hay amonitas en rocas de la misma edad, pero su tamaño es normal. Teníamos muchas preguntas: ¿por qué se gigaron en ese lugar y en ese momento? ¿Se gigaron de repente o poco a poco? ¿Se gigaron todas las especies de amonitas de la zona o sólo unas pocas?”.

Jesús Narváez Amasorrain y Esperanza Azkarraga Larzaguren han recibido desde 1975 cerca de 150 amonites en los acantilados entre Mutriku y Saturraran. Ed. Puente Guillermo Roa

El paleontólogo de la UPV-EHU Mikel López Horgue, experto en amonoideos, ha trabajado en el estudio de los fósiles. En primer lugar, Narváez y Azkarate tuvieron que poner en el mapa todos los amores que habían cogido para saber exactamente dónde los cogieron. Después de 40 años, seguían recordando dónde habían cogido los 150 fósiles. De hecho, se tomaron un gran trabajo sacándolos de la roca, lo que les llevó a clavarlos en la memoria. En muchas ocasiones, sólo una pequeña parte del fósil queda al descubierto, el resto cubierto de piedra. Por lo tanto, necesitaban días para extraerlo y limpiarlo con sinceridad. Se especializaron en la extracción de fósiles de las rocas.

“Todos ellos tuvieron que ubicarse geológicamente no sólo en el mapa. Los paleontólogos construyeron una columna estratigráfica, estratificada. Se dibujaron los amonites uno a uno y se colocaron en qué capa aparecieron.Así se aclaró cuando empezaron a gigar”, explica Hilario.

Los hallazgos de Mutriku corresponden a los amonites del Cretácico inferior (Albiar) de hace entre 100 y 110 millones de años. Son, por tanto, finales de la evolución de esta familia de amonitas. Es interesante investigar qué cambios sufrieron en aquella época para comprender cómo luego pasaron a otras formas, a otras especies.

¿Abuelitas hembras puestas?

Ed. María Otamendi

Todavía no han aclarado por qué se gigaron en Mutriku, pero tienen alguna hipótesis. “Puede haber más de una razón para gigantear los amonites: la aparición de una patología, por ejemplo. En algunos moluscos se ha descrito que los gusanos parásitos se alimentan de las gónadas, convertidas en "eunuko". Al castrar se puede desarrollar la gigantesca. Pero no es el caso de las amonitas de Mutriku, porque viendo la ornamentación de las conchas hemos visto que son mayores”, dice López.

El aumento de tamaño puede estar relacionado con la reproducción. De hecho, los amonitas son parientes de pulpo y chipirón, coleoideos. Los pulpos y chipirones actuales tienen una particular estrategia reproductiva: la semelparidad. Una vez en la vida ponen los huevos y mueren. Eso sí, en ese momento ponen miles de huevos. Se cree que los amonitas también tendrían la misma estrategia para ser descendientes. “Lo que hemos visto en las conchas de los enormes ampollas de Mutriku coincide con este sistema reproductivo”, afirma López. “Los ammonites tienen las conchas tabicadas y estos tabiques separan varias habitaciones. El cuerpo principal del animal estaba en la última habitación, con los brazos hacia el exterior y parte del cuerpo rodeando el final de la concha. Al estar el cuerpo principal del animal en esta última sala, se producía la producción de huevos.Y en el caso de las amonitas de Mutriku, esta cámara exterior es muy grande. Por tanto, una forma de reproducción eficaz podría ser la de gigantear”.

Sin embargo, para poder crecer tanto se necesitan unas condiciones muy buenas. Los paleontólogos de la UPV-EHU saben que los sedimentos en los que han aparecido los amonites habían quedado registrados los fluidos de un vertido hidrotermal de la época. "Este vertido fue muy adecuado para el crecimiento de las comunidades bacterianas y bivalvas, y es posible que el amonio las aproveche para alimentarse y desovar. Por lo tanto, las abuelitas hembras puestas podían ser los gigantes amontitos de Mutriku. Pero todavía no es más que una hipótesis”, ha recordado López. “Hay que hacer más investigación”.

Fin de los amonites

Ed. María Otamendi

López considera, además, que en muchas especies animales se observa una tendencia filogenética a aumentar de tamaño en la evolución. Invertebrados y vertebrados. “Sabemos que los elefantes iniciales eran menores que los actuales. Y los seres humanos también tenemos esa tendencia. ¿Por qué no los amonitas? La tendencia filogenética es típica de aumento, justo antes de la destrucción de la especie. O aumentarlo, triturarlo al final y destruirlo. En esta familia de amamones de Mutriku se observa que a lo largo de todo el Albiar y a nivel mundial se fueron incrementando en tamaño y que a partir de ahí se redujeron y destruyeron. El fin de la filogenia previa a la desaparición de los amonites puede ser la gigantescencia de los amonitas”.

Hilario, director científico del Geoparque de la Costa Vasca, ha dado un gran valor a los amonitas. Y ha recordado que los amantes gigantes de Mutriku están expuestos en el Museo Nautilus y en su nuevo aula didáctica inaugurada.

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