Imitando el adhesivo que utilizan los mejillones para adherirse a las rocas, los investigadores de la Universidad de Illinois han creado un nuevo adhesivo que ha demostrado que puede tener aplicaciones médicas interesantes.
De hecho, el adhesivo de los mejillones tiene una gran ventaja frente al resto de adhesivos: funciona sobre superficies mojadas. Es decir, el agua no es un inconveniente para endurecer el adhesivo y cumplir su función. La cola de mejillón está compuesta por 15 proteínas, todas ellas muy abundantes en el aminoácido DOPA (dihidroxifenilalanina), especialmente en la parte en contacto con la superficie. Esto es lo que han considerado los investigadores estadounidenses y a un polímero llamado polietileno glicol se le ha añadido una DOPA sintética. Así han conseguido un adhesivo con propiedades muy similares a las de la cola de mejillón.
Esta capacidad de pegar superficies húmedas puede ser muy útil para la medicina, por ejemplo, para pegar varios tejidos. Así, para comprobar si funciona en animales vivos se han realizado varias pruebas en colaboración con los veterinarios. Se usó con éxito para cerrar una incisión en la arteria de un perro y ahora trabajan con los fetos de conejo. Cada vez son más las intervenciones que se realizan para solucionar malformaciones congénitas como la espina bífida, cuando el feto aún está en el útero. Y no hay adhesivos adecuados para solucionar la rotura de la membrana fetal que se puede producir en estas intervenciones. En los conejos se utilizó para cerrar el orificio de la membrana fetal y, sin adhesivo, sobrevivió el 40% de los fetos y con el adhesivo el 60%. Estos resultados han sido comunicados en la conferencia anual de AAAS.