En la Universidad Monash de Australia se están desarrollando motores para microrobots que pueden circular en sangre, basados en piezoelectricidad. De hecho, los microrobots pueden ser muy útiles para tratar algunos problemas de tráfico, pero tienen muchos componentes y no es fácil miniaturizarlos todos. En el caso del motor, los investigadores de la Universidad de Monash creen que el uso de piezoelectricidad puede ser clave y ya tienen un prototipo preparado.